Translate

miércoles, 12 de agosto de 2015

Ups, Lo Hice Otra Vez.





Al resolver uno de los problemas que más me urgía resolver durante este verano, me di cuenta de que había caído en la misma chingadera. Me había confiado de alguien que no me había dado motivos para confiar, me había dejado llevar por lo que sentía y volví a omitir las señales. Lo ignoré todo y acabé perdiendo lo poco que me quedaba.

ay :'(


No es tan malo como suena.


Lo que más me decepcionó, lo que más me llevó tiempo de analizar, fue que tengo 20 años y sigo cayendo en lo mismo, desde que tenía 12 años. No puede ser. ¿ES QUE NO APRENDO?

Probablemente no. Probablemente encuentro una felicidad difícil de hallar entre esa miseria que me produce. Lo cierto es que no lo sé.


Durante una noche, me puse a pensar en lo que de verdad estaba haciendo con mi vida, con las personas y con mis sentimientos. Llegué a la conclusión de que debía perdonarme a mí misma y debía perdonar a los demás, así como ofrecer disculpas.

No es que sea mentirosa -no me considero así-, pero uno de los malos hábitos que tengo, es ése precisamente: Disculparme cuando no siento el más mínimo arrepentimiento.


Pero hay cosas de las que me arrepiento, hay cosas que no me dejan dormir por las noches y de esas no obtengo un perdón en concreto, porque no lo he buscado.





Hablar del perdón es algo más que simplemente hablar de arrepentimiento. Es hablar también de redención, de paz espiritual y de una evolución -digievolución, como me gusta llamarlo- digna de un ser perfeccionable. No es un simple "perdón por haberme quedado dormida mientras hablaba contigo". No es un "lamento haber dicho que eras una perra, aunque sí lo seas".


Creo que el perdón es algo más sagrado, más puro. Algo más inalcanzable, algo más difícil.





Hay cosas de las que no me gusta hablar. Hay cosas que he hecho, cosas verdaderamente horribles, de las que no me enorgullece hablar. Hay cosas que simplemente de las que no puedo hablar.

Pero llegué a ese punto, un par de noches atrás, y pensé que este demonio me seguiría hasta el final de mis días si yo no hacía algo por ayudarme a mí misma.

Quizás, para sentirme menos mal conmigo misma, esperaba una palabra de aliento de la persona afectada. Un "No te preocupes, no fue tan grave", aunque fuera mentira. Eso me ayudaba un poco, pero no puedo vivir de eso. No puedo pretender que lo que hice no fue algo grave.

Y verme enfrentada a las consecuencias no era una escena muy pintoresca en mi mente.

Nunca he sido muy buena resolviendo mis problemas ni los problemas de los demás. Nunca he sido muy buena lidiando con los sentimientos de la culpa y el egoísmo y supongo que por eso -y más- me va como me va.

Pero ustedes podrían aprender algo de mí, tal vez.






Debo perdonarme a mí misma, por haber confiado en aquellas falsas amigas de primero de secundaria, quienes juraron protegerme y quererme bien. Debo perdonarme porque, a pesar del tiempo que compartimos, no vi todo lo que me hacían. No lo quise ver bien.

Debo perdonarme a mí misma por haber entregado mi corazón y mi razón a alguien que demostró que no lo valía, que no se lo merecía. Incluso después de nuestra separación, incluso después de lo que mis amigos me advirtieron, yo lo hice. Not cool.

Debo perdonarme a mí misma por haberme dejado tratar como mierda durante aquel periodo frágil de mi existencia. Por haber dejado que otros pasaran sobre mí, burlándose, humillándome, haciéndome sentir la peor basura de la humanidad. Debo perdonarme por haberlos dejado entrar en mí.

Debo perdonarme a mí misma por haber juzgado a las personas a mi alrededor durante mi adolescencia. Debo perdonarme porque perdí tiempo de convivir con ellas, cuando esas personas ahora son grandes amigos míos. Debo perdonarme por haberme dejado cegar por las opiniones ajenas.

Debo perdonarme por haber menospreciado los sentimientos ajenos, por haber hecho a un lado lo bonito que la gente me ofrecía y por haber destruido lo que otros habían construido para mí. Debo perdonarme, porque lo hice sin darme cuenta.


Debo perdonarme a mí misma por mentirme, por engañarme a mí misma siempre que tengo oportunidad. Las mentiras no cambian la realidad. Debería saberlo ya.




Y ahora pido perdón.


Perdóname por haber abandonado nuestra amistad de años. Perdóname por no ser la mejor amiga, la amiga que tú te mereces.


Perdóname por haberme rendido con lo nuestro, porque una relación es de dos y si falló la nuestra fue porque yo no puse de mi parte. Discúlpame por haberme ido a lo seguro, por lo fácil. Perdóname por no haber salido de mi zona de confort.


Perdóname por haber roto tu corazón y haber jugado con tus sentimientos. Tal vez no merezco tu perdón porque eso es algo que hacen los tremendos hijos de puta, pero lo hice y lo siento. Perdóname. Jamás mi intención fue lastimarte. Nunca pensé en eso cuando estuve contigo.

Perdóname por haberte hecho creer  que sentía lo mismo por ti. Lamento haberte dado la impresión equivocada. Discúlpame por haberte hecho pensar que estaba en el mismo punto que tú, cuando yo estaba muy lejos, a kilómetros de ti.

Perdóname por lo que dije esa noche, por todo lo que he dicho que te hizo sentir mal. Perdóname por haberte sacado de mi vida sin siquiera darte una oportunidad de expresarte. Lo lamento.


Perdóname por haberte dejado una responsabilidad en tus hombros que no te pertenecía. Discúlpame por haberte culpado por tantos años por mi dolor. Lamento que algunos de tus amigos te dejaran de hablar por ello, lamento mucho que la gente tuviera una imagen tuya errónea debido a nuestra historia.


Perdóname por no haber contestado el teléfono cuando ocupabas hablar conmigo.

Perdóname por no haber estado ahí cuando me necesitabas más.

Perdóname por haberte decepcionado, una y otra vez, inconsciente y conscientemente.

Perdóname por no ser lo que era, lo que te prometí que era. Perdóname por haberte hecho perder el tiempo conmigo. Lamento que eso sea algo que jamás recuperarás.

Perdóname por las veces que hablé mal de ti a tus espaldas, por las veces que te humillé en público y por las veces que te hice quedar como el/la hater de la historia.

Perdóname por no poder corresponderte como tú esperabas. Lamento no poder quererte como una vez dije que lo haría. Discúlpame por herirte una y otra vez con mis palabras y mis actos.

Perdóname por haberte mantenido despierto/a hasta muy altas noches de la hora, preocupándote por mí. Perdóname por el infierno por el que te hice pasar los últimos años. Discúlpame por las noches de insomnio que te causé. Discúlpame por el dolor y la frustración que te hice sentir.

Y sobre todo:

Lamento que para algunas cosas ya es tarde disculparme, porque algunos de ustedes ya no están en este mundo. Lamento que no pueda disculparme contigo porque ahora algunos de ustedes viven lejos de nuestra ciudad. Lamento que no pueda disculparme ahora, porque prefieres verme muerta que de rodillas llorando. Lamento que no pudiera disculparme en el momento.

Lamento no poder regresar en el tiempo y arreglar lo que jodí.





Pero estos errores, estas cosas malas que hice, me permitieron crecer. A un alto precio. ¿Lo volvería a hacer si tuviera la oportundiad? No importa si lo hice tres mil veces, no pasaría por ahí de nuevo.

Sé que las personas no cambian.

Pero quiero creer que no soy una persona mala y cruel, porque así como he pedido perdón, he perdonado tanto como he podido.

Es difícil vivir así, con tantos secretos y con tantos engaños, porque no sólo soy yo quienes lo ven. Sé que hay gente allá afuera que puede ver a través de mí.

No está bien vivir así.

No quiero vivir así.

Así sea que quede como una "rogona" -concepto turbo antifeminista, por cierto-, como una maricona que va por la vida llorándole a los demás, es preferible vivir en paz conmigo misma.

Claro, hay de arrepentimiento a "arrepentimiento". Hay situaciones en las que las personas NO se merecen el perdón, pero el juicio al final depende de cada quien.

Perdona antes de que te pidan perdón. Perdónate a ti mismo antes de perdonar a alguien más.

Porque es cierto: No podemos dar lo que no tenemos y si no estamos dispuestos a limpiar nuestros propios desastres, no lo haremos con alguien más y nadie más lo hará por nosotros.




Recordemos que la vida es una -quiénsabe- y que las personas son efímeras presencias que pasan por nuestro camino. Nunca sabemos cuándo se acabe nuestro tiempo con ellas.

El perdón es sagrado. El perdón pertenece al presente. El perdón es un don.

Y recordemos también que :"decir que está bien significa que se puede volver a hacer".

Like, si pides perdón por algo es como que ya NO lo volverás a hacer. Tengamos madre.


Por eso nunca me disculpo por acabarme la pizza en mi casa. Eso jamás lo pienso dejar de hacer.






Pd1:

Me encanta esta canción. Escúchenla con atención :'3

Pd2:

Disculpen por no mencionar nombres. Me parece que mantener el anonimato está bien y así evitaré ser asesinada. -quién sabe-

Pd3: I love Britney Spears!

No hay comentarios:

Publicar un comentario