Translate

viernes, 21 de agosto de 2015

#FueElEstado




Me muevo por las emociones, amiguitos. No soy analítica ni fría ni razonal. Soy impulsiva, tengo sangre caliente corriendo por las venas y no me detengo a pensar en si lo que estoy haciendo va a tener alguna consecuencia negativa.

Pienso con la mano en el corazón y no sé si esto sea bueno o mal. No importa. No es el tema de hoy.

Sinceramente, no sé qué tipo de condición médica padezco que hace que me importe en exceso todo a mi alrededor, incluso cosas sobre las cuales no tengo ningún tipo de poder.

No está bien que me exprese así, pero ciertamente no sé qué sea. Pienso que es una condición médica, porque no todos son así -por mucho que yo desearía que lo fueran-; como sabrán -o no-, siempre me ha gustado leer y soy buena leyendo básicamente cualquier tipo de cosa y entre mis artículos favoritos está el periódico. Me gustaba mucho leer el periódico, me gustaba leer los reportajes, las columnas de opinión, las noticias,  -en particular, me gusta mucho leer a Catón, se los recomiendo mucho- pero eso obvio me abría los ojos a las grandes y horribles cosas que sucedían en mi ciudad.

Que si mataron a tal muchachito en un asalto, que si un accidente en carretera acabó con la vida de una familia completa, que si una balacera interrumpió una fiesta, que si una pelea de bandas acabó en tres muertos, que si una inundación, que si equis o ye cosa.

Y obvio, me llenaba de ira, de tristeza, de impotencia. Y de ganas de arrancarles la cabeza a todo ser viviente en el planeta. Pero no estaba bien. Nada justifica la violencia. No puedo ganar la guerra con más guerra. No puedo. No se puede.

Entonces, lo que derramó el vaso fue el secuestro -y aparente asesinato- de 43 ESTUDIANTES.

Estudiantes de una escuela normal rural.

Sí, SIMPLES ESTUDIANTES DE UNA COMUNIDAD RURAL.



Como es mi naturaleza, me emputé.

Turbo obvio me enoja cuando hay balaceras o que asesinan gente los narcos y eso, pero muchos dicen que esas personas no son random, sino que ya son cuentas por pagar o esas cosas. Bueno, todavía entiendo eso -no lo acepto, pero lo entiendo-

Pero truncar la vida de estudiantes, de civíles, de inocentes NUNCA SERÁ ACEPTABLE. NUNCA.




Pero vamos, ¿quién soy yo y qué podría hacer? Tenía entonces 19 años. Iba en mi segundo año de la carrera. Tenía cero poder social/dinero/influencias. ¿Qué podía hacer para que la gente pudiera escucharme? ¿Qué mensaje podría dar con mis pocos recursos al gobierno de decir que NO VOY A ACEPTAR NI UNA MIERDA MÁS? 


Hay cosas que no tienen límites, entre ellas:  Mi admiración hacia Stephen King. Mi fascinación por la música de Lauren Aquilina. Mi eterno amor a Winnie The Pooh y mi ridiculez.

Mi ridiculez no tiene límites.

Lo cual terminé aprovechando.

En un arranque de ira, y de frustración, tomé dos hojas blancas de papel, con un plumón les escribí frases y posteriormente me dispuse a pegármelas al pecho y a la espalda con seguritos. Y así salí a la calle. Desde salir de mi casa hasta regresar, así anduve por la calle, con mis letreros.

Y sí, ustedes dirán: "OMG, MARIANA, ESO ES RIDÍCULAMENTE ESTÚPIDO" y yo diré: "¿Y QUÉ?"

Lo es. Lo era. Fue algo ridículo.

¿Pero saben qué? NO PENSABA QUEDARME CON LOS BRAZOS CRUZADOS.


Sacaba el tema tanto como podía, entre mis amigos, entre mis compañeros, entre mi familia. Pero de verdad parecía que a casi nadie le importaba.

Y eso me enojaba más.

¿Cómo diablos es que no te van a importar? ¡Son nuestros hermanos, son hijos, son amigos, ES NUESTRA GENTE!

Estaba decepcionada de la mayoría. Cada vez que sacaba el tema, alguien lo esquivaba, lo cambiaba. Los maestros no nos hablaban de esto. Mis padres se callaban sus quejas. Mis amigos preferían dejarme hablando sola.

Pero yo no soy como ellos, no soy como ustedes. A mí no me puede NO importarme las cosas. No sé cómo le hacen algunas personas, pero no puedo, por más que lo he intentado. Ser indiferente es una de las muchas cosas en las que soy un fiasco. No puedo. No puedo.

Y no quiero.

Anduve así por dos semanas. 

La gente se me quedaba mirando en el transporte. A mis amigos les parecía gracioso. La gente se reía. La gente me detenía para preguntarme y/o decirme cosas. Mis papás se rieron mucho los primeros tres días, pero después se preocuparon. A mi hermana le di vergüenza pero después se llenó de orgullo. 

A mí en lo personal no me molestaba la clase de respuesta que obtenía. Sí, se reían de mí, lo sé, sí, me veían como si fuera un bicho raro, lo sé, sí, me veían con cara de lástima, lo sé.

Pero eso era lo que yo quería, ¿Saben? No iba a poder predicarles nada, porque no sabía nada. Pero quería que sintieran algo. Quería despertar algo de emoción en sus almas frías. Quería recordarles, todos los días, lo que había sucedido. 

Quería que supieran que yo no estaba conforme, que yo no me iba a cruzar de brazos.

Quería que supieran que a mí sí me importaba.

Y como es inevitable, hubo muchas palabras y muecas burlonas.

Un profesor se atrevió a decirme: "ellos ya están muertos". Ese profesor se atrevió a decirme -en pocas palabras- que ellos se lo tenían bien ganado. Se atrevió a suponer/puntualizar la manera en que eran manejados.

Otro profesor se atrevió a preguntarme frente a todos mis compañeros la razón de mis cartelones. Ese profesor me felicitó, aludiendo que era bueno que a alguien le importara ese tipo de cosas.

Mis padres se preocuparon mucho por mí. Decían que ya estaban muertos. 

Mis tíos se conmovían por mi acto, pero me decían que ya estaban muertos y que si no lo estaban, casi era preferible que lo estuvieran.

Y todos los días me destruía un poco el hígado por dentro, gracias a mi enojo. Estaba furibunda. Estaba turbo molesta. 

¿Saben qué fue lo peor?

Que ni siquiera fueron los narcos o alguna bola de bandidos ni maleantes.

Fue el estado.

Fueron los policías.

Fueron los militares.

Esa gente que juró proteger al pueblo, es la misma que hizo todo esto. 

¿Bajo órdenes? Lo que sea. Siempre hay otras opciones. 

¿Renunciar a tu humanidad por un estúpido trabajo que te permite vivir apenas bajo el mínimo?

De verdad que son imbéciles y no se puede así, cabrones. No se puede.


Pero, dentro de todo lo malo, hubo un rayo de luz: La gente comenzó a despertar, por todos los rincones del país. Y se comenzaron a manifestar.

Para bien o para mal, el gobierno supo que el pueblo no aguantaría más viviendo así.

Yo estaba emocionada porque mi escuela haría una marcha. -se habían tardado, eh- Estaba súper emocionada, porque veía a gente tan comprometida en esto como Fany o Karli o Dianis. Veía a la gente.

Mis amigos de otras escuelas ya habían hecho algo. Y yo estaba emocionada por salir a la calle y gritar al cielo que no soportaría más mierda. Que 43 vidas no serían en vano. No lo serían.

Y entonces me cayó un balde de agua fría al ser testigo de lo inevitablemente humano.

Compañeros que tenían "miedo". Compañeros que "no les importaba porque ellos se lo habían buscado". Compañeros que preferían irse a pasear por ahí que ir a la marcha.

De verdad.

Y yo estaba como:


Se entiende que tengas miedo. No se trata de no tenerlo. Se trata de tomar tu miedo y convertirlo en poder, en fuerza.
No se trata de que "como a mí no me pasa, no me importa". Se trata de que somos hermanos todos y debemos cuidarnos los unos a los otros.

Pero si de verdad careces de una esencia humana tan básica, de verdad, de verdad, de verdad en buenísima onda te lo digo:

La selección natural va a venir por ti. 


Intenté no escuchar sus argumentos, porque aunque respetables, de verdad no eran respetables.

No puedes pedir algo que no das y de eso me encargué que lo tuvieran en mente. No podrías pedir ayuda porque tú no la dabas. Y si no te importaban los problemas ajenos, nadie se preocuparía por ti.



¿Resolví algo con la marcha? No.
¿Resolví algo con mis ridículos carteles? No.
¿Resolví algo desahogándome por tuiter? No.
¿Resolví algo sacando el tema en todos lados e incómodando a todos? No.

¿Resolví algo por preocuparme tanto y haciéndome bolas en mi propia mente, haciendo miles de planes que jamás sería capaz de llevar a cabo? No.

No, no resolví nada.

Hasta la fecha, hoy, 21 de agosto, viernes a las 9:34 de la noche, siguen sin encontrarlos.

Y en el lapso de tiempo, han sucedido cosas igual de terribles, como la matanza en la narvarte, en el DF. Siguen habiendo miles de víctimas por la delincuencia organizada. Siguen habiendo miles de víctimas por la incompetencia del gobierno. 

Y seguirán.

Así va a ser, si no hacemos algo. Si no nos unimos.



Pero si no estamos unidos, téngalo por seguro: NOS VAN A MATAR POR SEPARADO.




Hay opiniones divididas y por supuesto, no podemos tener un verdadero poder revolucionario hermoso por sí solo porque nunca faltan aquellos seres humanos que quieren imponer su ideología -en este caso, política, añadiendo partidos y/o políticos-; no se trata de eso.

No se trata de decir que Morena y el Peje tienen la solución. No se trata de extrañar el Pan en el estado. No se trata de echarle la culpa al capitalismo. CARAJO.

Son vidas. Son personas. Estamos hablando de NUESTRA PROPIA FAMILIA.

¿Quieren seguir viviendo así o peor, en los próximos 30 años?

ok.

Que no te importe tu país. Sigue estudiando y sigue con tu vida. Haz lo que ellos dicen que deberías hacer. Que no te importe nadie más que tu vida. Sé feliz.

Algo sí te aseguro:

Tienes el país que te mereces.

Y como habemos personas -muy pocas- dispuestas a luchar y perder nuestros cuellos en ello, no ganaremos. No así.

Entonces, mi plan de irme de este país se vuelve cada vez más tentador, cada vez más cercano.

Yo no soy ningún chivo expiatorio ni ninguna salvadora ni ninguna nada. Nada.

Tengo 20 años. Sigo sin poder ni influencias ni nada. Sigo sin tener dinero. Sigo sin tener nada más que buenas intenciones y el mundo no se arregla con buenas intenciones.

Así que prefiero irme.

No me voy a quedar en un país que no me quiere, que no quiere mis ideas, que no le importa que me importe. No me voy a quedar en un país que me va a dejar muriendo sola.

No.

Lo siento.

Tal vez eso es bueno para ustedes, pero para mí no.



Este post no es un llamado de auxilio. No estoy esperanzada a que Diosito vaya a arreglar nuestros problemas. Tampoco a que un grupo de mexicanos extraños vaya y se la haga de jamón al presidente. No.

Tampoco es una queja de mi interminable lista de quejas.

No es una anécdota, ni un cuento con moraleja. Hoy no les vengo a dar una opinión, un consejo ni nada.

Sólo quise escribir esto, porque de verdad estoy harta.

Estoy harta de tener miedo cada vez que salgo de noche. Estoy harta de que viva con la preocupación de que a mis padres les vayan a hacer algo. Estoy harta del miedo que tengo por mis amigos cada vez que salen de sus casas. Estoy harta de vivir asustada de mi propia gente. 

Estoy cansada de estar aterrada. De vivir aterrada en mi propio país. De mi propia gente. De mis propias cosas.

Yo sólo voy a preguntar:

¿Qué estás esperando?

¿A que violen a tu hermana? ¿Que secuestren a tu padre? ¿Que asalten a tu madre? ¿Que extorcionen a tus amigos? ¿Que te confundan con un narco y te maten?

¿De verdad estás esperando a que esa gente te destruya, poco a poco, para acabar contigo para siempre?

Tristemente, si eso sucede, será en vano. 


¿Vas a permitir que todo lo que ha sucedido, todas las muertes, todo el dolor, todas las lágrimas, toda la sangre que ha corrido, sea en vano?

Si tu respuesta es afirmativa, hazme el grandísimo favor de salir de mi vida. Créeme, no me interesa quién seas -A menos que seas Ale o Ángel-, te quiero fuera de mi vida. No mereces ningún tipo de lazo conmigo ni con alguien.

Si tu respuesta es negativa...

Por favor, dime cómo detener todo esto.



Si tuviera la certeza de que con mi muerte algo para bien cambiaría, no dudaría ni un segundo.

Porque nos merecemos un mejor país. Lo merecemos.


Y gobierno, si leen esto por alguna bizarra razón y se sienten amenazados por una joven mujer de 20 años cuya voz puede ser silenciada con un manotazo, vaya que de verdad son patéticos y me dan asco.

Lamento que esto no sea un post de esperanza o inspiracional. A veces pierdo la esperanza. A veces pierdo la fe.

A veces sólo quiero morirme y que todos se mueran.

Termino este post turbo mega largo porque cuando me estaba bañando me golpeé la cabeza tan fuerte que me dieron ganas de vomitar y voy a ver si ya me muDIGO si no me abrí o algo. Buenas noches.


Por favor, no duden en ser valientes.

El mundo es de los valientes.

Los cobardes... ustedes se pueden morir a la chingada bye.





No hay comentarios:

Publicar un comentario