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viernes, 27 de noviembre de 2015

Los Amigos





Los amigos.

Qué fantásticas criaturas salidas de un cuento de hadas, ¿No les parece?

En mi opinión, los amigos son un regalo de Diosito y un préstamo de satanás (7u7 mmm), pero encontrar amigos por estos lares de la vida, es actualmente muy difícil.

Pero para empezar, ¿Qué es un amigo? ¿Cómo te haces amigo de alguien?





Todo empieza cuando naces, llegas a este mundo con ilusiones y sueños que luego se ven despedazados por la cruel realidad reinante de la cultura contempoDIGO.


No sabría decirles cómo se hacen los amigos. A mi ver, la amistad nace como nace el amor:

De manera accidental. Cuando menos lo esperas. Y con quien menos te lo imaginas.







En este mundo, como sabores de helado, hay diversidad de amigos. La gente piensa que puede querer a todos sus amigos de la misma manera y tenerles la misma confianza, pero lo cierto es que por supuesto que mega NO.

Siempre hay diferencias, porque las personas no son iguales. Aunque tú seas igual con todos, pero te aseguro que a todos los ves de manera diferente, así que si eres de esas personas que se venda los ojos y se dice a sí misma que quiere a sus amigos por igual, DEJE DE AUTOENGAÑARTE.






Muchas veces, nuestros primeros amigos son nuestros relativos, nuestros hermanos o primos. Aprendes con ellos a socializar y a convivir con personas con diferentes maneras de ver la vida. Eso está bien. Muchas veces, nuestros hermanos y/o primos, parientes, etc, son nuestros mejores amigos y eso está bien.

Pero les aseguro mil que, no se compara la amistad de un familiar con la amistad de un extraño, de un "ajeno".

Entramos al preescolar y como somos pequeños e inocentes, las inhibiciones nos tienen sin cuidado y podemos ser como realmente somos frente a otros. Elegimos a quiénes mejor nos caen -ya sea porque nos soporta en nuestras payasadas o incluso nos hace segunda- y a partir de ese momento, vamos conociendo a las personas y decidiendo quién se queda y quién se va.

Vamos, somos "los juntadores y desjuntadores" de nuestras relaciones.

Cuando somos pequeños, es más fácil ver a través de uno, porque no hay sentimiento de necesidad por mentir compulsivamente y engañar a los demás. Cuando eres pequeño, puedes determinar fácilmente si esa persona está siendo sincera contigo. Cuando somos pequeños, no tenemos mucha podredumbre que ocultar.


Las amistades del preescolar rara vez llegan a la distancia.

Los cambios de escuela hacen que perdamos la comunicación y es que seamos sinceros: La escuela es un reclusorio que te obliga -en los casos más extremos, por 6 años- a convivir con la gente durante bastante tiempo.
Es relativamente fácil ser amigo de alguien cuando lo ves diario.




Digo que es relativo, porque a veces puedes nacer rara y retorcida como yo, y al cabo de un par de meses te mega aburres de las personas pero tienes que fingir que te agradan por convivir.



En la primaria, la amistad se afianza más, aunque no tanto. Uno sigue siendo pequeño, pero ya no es tan inocente. Ahora puedes ver que los amigos te pueden abandonar por alguien más cúl, los amigos te pueden dejar de querer si les haces una chingadera y los amigos pueden realmente hacerte llorar.

Si me preguntaran cuántos amigos de la primaria conservo, diría con seguridad que... ammmm... no lo sé. ¿3? Mentiría, yo creo que como 2.

Y eso, pues, porque tengo fb. Y porque estuve con uno de ellos en la preparatoria, pero bueno, allá vamos.

Uno en la primaria apenas va descubriendo el mundo y sentirte querido y aceptado por un grupo de personas es importantísimo y vital para la salud mental (y por qué no, física también) de un ser humano.

Pero, por lo mismo que vamos descubriendo al mundo, también nos vamos descubriendo a nosotros mismos y uno a esa edad no sabe ni a dónde girar, porque no sabe ni quién es. Sabes que te llamas Charlotte Marian, y sabes que tu cumpleaños espiritual es el 31 de Octubre, pero no sabes para dónde le chutas a la vida.

Es por eso que el nivel de intimidad en la amistad de la primaria suele ser casi nulo y es por eso que muchas veces no conservamos esas amistades.

Son amistades "de pasillo" (Así las llamo yo). Amistades que están ahí porque deben estar, pero que cuando se abre el cielo, muy pocas eligen quedarse juntas.

Repito, no es malo. A mí me parece hasta sano.




(Y eso también va para los amores de primaria, lol)

Llegamos a la secundaria y entonces obvio, TODOS nos sentimos adultos. Creemos que ya nos sabemos los cuentos del mundo y chalalá. Naturalmente es pura charlatanería, pero para sentirnos importantes, nos comemos al universo de un solo bocado.

Las amistades son diferentes.

En primer año de secundaria, las cosas se pusieron un poco locas para mí.

Yo nunca había sido "doña popular", ni nada parecido, pero en ese año, yo me llevaba muy bien con casi todo el mundo. Claro, había algunas personas que no me tragaban, pero se lo aguantaban porque, pues, estábamos 7 horas juntos por 5 días a la semana. Tenían que.

Mis compañeros, literal, se peleaban para tenerme en sus equipos, aunque yo no hiciera mucho (La verdad, nunca se me ha dado trabajar en equipo). Se peleaban frente a los maestros y frente a mí.

Yo era buena onda y me iba con un equipo y luego con otro y así andaba rolando por todo el salón y me la pasé de perlas.

Hasta que salí de esa escuela y entonces, ellos, que se hacían llamar "mis mejores amigos", me apuñalaron en el corazón.
Me dolió.

Pero cuando mi mejor amiga del momento, mi primer mejor amiga, decidió terminar con nuestra amistad y mandarme por un tubo, no se los niego, lloré como magdalena y rompió mi corazón.

Lol. Khé trizte.


Cuando entré a mi segunda secundaria, mis compañeros eran (lo son aún) unas bestias. A mí no me agradaban del todo, pero conocí a varias personas interesantes.

Yazmín, a Diego, a mi mejor amigo Ángel, a Robertito, a Karen, a Joseluis, a Jazmín, a Mamuel Rocha...

Pero mis amistades con ellos eran diferentes. Nunca he entendido porqué ninguno de ellos podía ni quería tener a mi mejor amigo Ángel ahí.

Que quede claro: Ángel es lo más bello que alguien va a tener en la vida. Lo es. Y hay que estar agradecidos por ello. Yo lo estoy.

Pero entonces, desde la secundaria, la vida comenzó a complicarse para mí porque mis amigos no se llevaban entre sí. Eso siempre ha sido un conflicto para mí.

Debo añadir: a la mayoría de los que mencioné ahí les sigo hablando. Con buena suerte, los veo regularmente.

Pero claro, una ya es grande y es más fácil mantener contacto -sobre todo con tanta tecnología de por medio-




Y en la preparatoria... vaya, pinche preparatoria.

Eres adulto, pero no puedes comportarte como adulto porque aún no tienes el IFE, pero caramba, ya eres adulto y debes actuar como tal.

Es tan confuso. Es como la secundaria, pero el doble de peor.

Aunque no tanto. Yo me la pasé bonis, la neta.

Hice muy buenos amigos que hasta la fecha conservo.

Conocí a Diian, a Ale, a Natalia, a Ceci -que más bien re-conocí porque ella y yo fuimos a la misma primaria-, a Memo, a Kevin, a Misael, a Dany, a Edgar...

En la prepa, las amistades cambian.

Comienzas a ver o entre ver el interior de las personas. Muchas veces, el errores que muchos cometemos, es que prometemos cosas sin ver el interior de las personas primero. Sin ver con quién nos estamos comprometiendo.

Yo hice una promesa con una amiga de la secundaria, que cuando entró a mi misma prepa, dejó de hablarme y en su lugar, comenzó a divulgar mentiras de mí con nuestros amigos en común. Obvio me saqué de onda y me sentí herida, pero al ver que yo tenía mejores amigos que ella, pos la dejé ir por su lado. Que hiciera lo que quisiera, yo valgo más que eso.

Pero les prometo, de haber sabido que esto ocurriría, no le habría prometido ni un carajo. Pero en fin.

En la prepa, está la cuestión de la lealtad y la solidaridad. Ya somos amigos de alguien porque quieres serlo, y te involucras más emocionalmente.

Llegas a este punto de la vida en donde te das cuenta que no puedes ir coleccionando amigos, pero que sí puedes mantener algunos, y que los que se van, te dejan lecciones y experiencas invaluables.




Estoy en la carrera actualmente: He conocido gente increíble y otra gente no tan increíble. Tengo amigas que son mega cúl, pero claro, ahora me ando con cuidado.

Tengo 20 años, mis 20 años no son en vano, y a lo largo de mi triste vida, he aprendido una serie de cosas que intento mantener en mente y de una manera ordenada y racional a la hora de decir que alguien es o no mi amigo. He aquí estas lecciones:

1.- NO puedes querer a un amigo igual al otro, incluso cuando los hayas conocido bajo las mismas circunstancias:


Nope, no puedes. Simplemente porque la amistad se da por variedad. No les tienes la misma confianza ni la misma seguridad ni, vamos, ni siquiera los mismos temas de plática. Incluso cuando los hayas conocido al mismo tiempo, en el mismo lugar, NO se puede.


2.- El tiempo no pone límites en la amistad. Puedes conocer a alguien en pocos meses, y quererlo mucho.


Esto es algo que aprendí hace como dos años, más o menos. Tuve un problema con una amiga y quise aminorar todo el asunto por "el tiempo" que llevábamos de conocernos.

Hoy puedo decir que gracias a Diosito y Buda que entré en razón y decidí mover las cosas entre nosotras.

Karli es una parte vital de mi vida y siendo sincera, no sé dónde me encontraría ahora sin ella.

Así que no importa si conoces a alguien desde hace un mes o desde hace dos años.

El cariño, la confianza y la intimidad emocional no tienen tiempo.

3.-La lealtad es súper importante. Confianza y lealtad es la base de la amistad.


Tomen en cuenta esto: Si vas a ser amigo de alguien, tienes que entregar tu confianza y tu lealtad para que la relación funcione. Como en todo: Se necesita a alguien que quiera quererte, que quiera tenerte confianza y que quiera serte leal.

Porque a la fuerza, ni los amigos de pasillo entran.

5.- Puedes ser amigo de alguien totalmente diferente a ti:


No necesariamente tienen que ser igual a ti. Es incluso más divertido cuando hay diferencias.
Yo puedo decir que tengo una diversidad de amigos increíble. Como un arcoiris: Tengo amigos de diferentes religiones, diferentes afiliaciones políticas, diferentes hábitos alimenticios, diferentes orientaciones sexuales y románticas, diferentes hobbies y diferentes maneras de ver la vida.

Es muy educativo. Aprendes mucho de ellos, porque te amplía el panorama de las cosas. Es padre tener amigos diferentes. Créanme.

6.- No se necesita un contacto constante para saber que eres amiga de alguien:


Bueno, aquí depende de la persona, ¿Verdad? Igual, tampoco se trata de mandarlos al olvido y aún así adjudicarte el crédito de que son amigos.

Pero yo realmente pienso que no es necesario hablar con ellos diario, y verlos diario para que los consideres tus amigos.

Yo quiero mucho a mi mejor amigo Ángel y a mi mejor amiga Ale, pero los veo ocasionalmente. En casos extremos, puedo tener meses sin verlos o sin hablarles.

Pero sé que cuando ocupo algo, o que si quiero verlos, ellos sólo están a una llamada lejos.

7.- Los amigos son para que te cuiden y tú para que los cuides:


Recuerdo que pensé, las primeras veces que Diego me invitaba a salir de noche, que ese güey nada más quería sacarme de fiesta y chalalá chalalá. Realmente temí por mi seguridad, porque me pregunté si Diego se preocuparía por mi integridad una vez que yo perdiera la consciencia (o algo más importante que eso); pero cuando me puse la mega borrachera -nocierto, no fue borrachera jajajaja-, me di cuenta de que realmente estuvo ahí conmigo. Me escuchó cuando yo andaba arrastrando las palabras, y cuando me andaba yendo de lado me sostuvo.

O sea, si antes lo dudaba, ahora sé que es mi amigo y sé que incluso en mi peor borrachera, él estará ahí para ayudarme tanto como pueda.

Y obviamente, esto es recíproco. No podemos recibir sin dar.

Tus amigos te cuidan y tú los cuidas a ellos.

Es un trabajo en equipo,

7.- Hay amistades extrañas, sin etiqueta ni nombre, con muchos sentimientos de por medio y confusión total: Son totalmente normales.

Creo que todos hemos llegado a tener amistades con personas especiales.
Lo marco así, por no decir que estas amistades son ante-salas al romance. O sea, cuando te gusta alguien y eres su amigo. O cuando tú le gustas a alguien y eres su amigo. O cuando los dos se gustan y son amigos.

El ambiente es extraño; todo quema y todo enfría. Las chispas vuelan. Son buenos amigos, se ríen, son tímidos, se celan y esas mariposas de electricidad aparecen en sus estómagos cuando están juntos.

Pero son amigos.

Es algo lindo, a mí me gusta iniciar así mis relaciones. Cuando existe esa chispa de química, la amistad viene fácil y el amor también.
En mi opinión, son la mejor base para empezar una relación amorosa: tener previamente una relación de amistad.

8.- No creo en la existencia de "mejor" amigo.


Sé que constantemente estoy diciendo "mi mejor amigo Ángel" o "mi mejor amiga Ale".

Quiero decirles que estos títulos no tienen ningún valor para mí.

O eres mi amigo o no eres nada mío. Punto.

Obviamente, mi nivel de confianza, cariño e intimidad emocional difiere con la persona. Pero realmente, y desde el fondo de mi corazón, no creo en la existencia de un mejor amigo.

Porque entonces, mis mejores amigos se dividirían por las categorías.

Yazmín y Ángel serían mis mejores amigos de la secundaria.

Ale, Diian y Memo serían mis mejores amigos de la prepa.

Karli sería mi mejor amiga de la carrera.

¿Pero eso qué significaría?

No significa nada. NADA.

Yo quiero a todos mis amigos; los amo y yo por ellos me arranco los brazos.

Además, seamos sinceros, yo tengo una dificultad tremenda a la hora elegir. Yo no puedo elegir. Yo prefiero estar en medio de todo. No soy tan extremista como para decir: "fulanito de tal es mi mejor amigo en el mundo". Nope. No es mi estilo.

Así que yo, a partir de ahora, me declaro sin "Mejores amigos".

9.-Los amigos son para construir: No para destruir.


Si tus amigos te están invitando a hacer algo malo, es normal. Todos tenemos ideas malas y es comprensible. Pero si te obligan a hacer algo que no quieres, eso ya es pasarse de la raya.

Se supone que la amistad es para construir, no para echar por la borda lo que tengas.

Así que si sientes que tienes que ser alguien más, decir algo que no piensas o no crees, para encajar con ellos, mandalos a chingar a su madre.

Tú te mereces amigos que aplaudan tus ideas -por muy imbéciles que sean-; mereces que te quieran por como eres. (Bueno, depende, si eres muy pinche, pos no esperes mucha popularidad)

10.- Y, aclarando mitos, mi creencia es que LOS HOMBRES Y LAS MUJERES HETEROSEXUALES PUEDEN SER AMIGOS SIN TENER OTRAS INTENCIONES:


Yo soy la prueba de eso: Tengo amigos varones heterosexuales y yo soy heterosexual (bueeeenoooo); somos amigos y ninguna de las partes está interesada en buscar algo más. Tengo amigos de años y hemos estado así, y estamos bien. Igual y sí me ha pasado, que algunos amigos se me avientan o que yo me le aviento a algunos amigos.

Nos rechazamos entre nosotros. ¡Y eso es lo hermoso!

Una sabe cuando se puede ser amigos o se puede ser algo más. Desde el inicio aparece el click que te anuncia de manera indirecta un posible final.

Esto también aplica para los amigos de diferentes géneros con mismas orientaciones. O sea, ser gay y tener amigos gays y/o bi, pan, etc.

Se puede. Se vale. Y pasa.

Así que ya no chinguen con que no.

Igual y sí, en algún momento, mientras estás aburrida, se te ocurre pensar en cómo sería besar a tal amigo o cómo sería ser novia de fulana de tal. Es curiosidad. A veces incluso puedes tener sueños sexys con un amigo y jamás poder verlo a la cara otra vez. Es naturaleza humana.




Así que como ven, los amigos representan mucho para mí. Significan mucho para mí y yo los amo con la intensidad de cien soles.

Sí, me equivoco al elegir a las personas. Lo hago, como cualquier mortal, pero no permito que eso me amargue.

Sí, me peleo con ellos. Soy histriónica, y mega inteligente, obviamente eso se puede prestar para mal.

Sí, he lastimado y he decepcionado a mis amigos.

Sí, ellos me han lastimado y me han decepcionado.

Pero lo importante aquí es sopesar lo bueno y lo malo; saber cuando algo vale la pena y cuando no. Saber perdonarlos y saber perdonarme a mí misma.

Saber luchar por alguien y estar tranquila cuando te das cuenta de que no vale la pena.


La amistad, lo repito, es un regalo de Diosito. Y un préstamo de satanás.


Y aunque de vez en cuando, cuando me siento sola, aparece alguien a regalarme una sonrisa. Y créanme, eso vale más que los millones de euros que puedo tener en el momento.

Cuiden a sus amigos. Déjense cuidar por sus amigos. Quiéranlos hoy. Espérenlos hoy. Estén con ellos hoy.


Porque no sabemos si mañana la vida les permita estar juntos.




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