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viernes, 15 de mayo de 2015

F3lis diá d3 El maistro.






Feliz día del maestro :)

Hoy es quince de mayo y estoy muy entusiasmada porque es día del maestro, es viernes y toca abrir mi mente y corazón ante ustedes, amigos. Con opiniones, pensamientos y sensaciones muy personales.

Antes de avanzar, quisiera ser muy clara:

No me importa quién lo lea. Es tu responsabilidad lo que TÚ entiendas. Si no te gusta, no lo hagas. Si sí te gusta, hazlo. Si te sientes ofendido, atacado, señalado, etc, NO es mi problema.

Sí, sí es muy personal.






Los maestros. Esa profesión que últimamente y ante los ojos mexicanos, se ha ido denigrando con el paso del tiempo. Ese arte que muy pocos dominan y que se te exige mucho. Ese estilo de vida que muy pocos deciden tomar. Esa espinita en las almas elegidas que las impulsa a seguir un cierto camino.

Los maestros son esos seres que pasan un tercio de su vida en la escuela, al frente de un grupo. Otro tercio en su casa, estudiando, planeando e ideando, y el último tercio teniendo una vida. Los maestros son esas criaturas que son pintadas como "perfectas", como "ejemplos", como "divinidades".

Yo recuerdo en mis épocas de niñez (hace un par de meses, siendo sincera) que levantaba el rostro y miraba a los profesores y decía: "Es que ellos lo saben todo. Ellos no se equivocan".

Ahora que estoy del otro lado en la escena puedo decir que ese ideal que se tenía/tiene del maestro es algo estúpidamente idealista.

Porque soy un ser humano y los seres humanos no somos perfectos.

Naturalmente me voy a equivocar, naturalmente voy a tener días malos, naturalmente no voy a saber, no voy a cubrir su definición de perfección.

Pero para nada estoy acomplejada por eso. Al contrario. Sé que muchos piensan que soy una arrogante insufrible, y probablemente tienen razón, pero también soy lo suficientemente inteligente como para saber cuándo la estoy cagando y cuándo no.

El dilema aquí es cuando un maestro está hasta el cuello de soberbia, y cree que nadie lo merece. Cuando un maestro ataca física y emocionalmente de los alumnos, de sus compañeros e incluso de sus superiores.

Cuando un maestro, de hecho, NO es un maestro.




1.- "La Maestra Milpillas"

Cuando estaba en primero de primaria, era una niña alegre, feliz, y así. Muy neón mi personalidad y todo el asunto. Así fui durante mis primeros años de la primaria, y no sé en qué momento cambié en alguien tan bellamente triste, pero como sea.
Yo estaba sentada en la primera fila, cerca de donde estaba el escritorio de esta mujer. Mi maestra era dura, estricta, gritona y muy imponente.
Pero yo iba por la vida siendo feliz y no dándole importancia al hecho de que mi maestra tenía un carácter de mierda. Entonces, un día que yo estaba pasándomela turbo bien con una compañera, haciendo bailar a las gomas de borrar con lápices, mi maestra se acercó a mí, y sin decir nada me dio un reglazo (con regla de madera, cabe aclarar) en la mano.

Yo levanté la cara, totalmente asustada, y la miré. ¿QUÉ CARAJOS? ¿QUÉ CARAJOS?

Cuando mi mamá pasó por mí, notó que andaba rara y no dejó de preguntarme hasta que terminé contándole todo. Mi mamá se bajó del auto e iba muy dispuesta a partir madres cuando yo la detuve y le pedí que no lo hiciera porque podía empeorar las cosas. Ese día mi mamá me vio tan asustada que decidió no hacer nada, porque era cierto, pero después enfrentó a la maestra y ciertamente el final de esta historia no la conozco. Mi subconciente la borró, pero seguro no fue algo muy bonito.





2.- "Oroz, el Perro del Mal".

Creo que a estas alturas de la vida ya sabrán de Oroz, mi profesor de historia de segundo y tercero de secundaria. El tipo es un cabrón hijo del horror más pútrido del mundo. Fin del asunto.

Abusó emocionalmente de nosotros durante bastante tiempo. Agredía constantemente a mi amigo Ángel al decirle e insinuarle que era un idiota y que nunca haría nada de su vida. Y normalmente nos mantenía a todos en un ambiente lleno de miedo, desesperación e ira homicida. De verdad, el peor maestro de todos y tengo veinte años, he conocido a gente muy mala, pero Oroz está en el top 3.

Ya no sé ni qué desear. Si se muere, no podrá quedarse a sufrir un poco más en esta tierra. Y si se queda en la tierra, va a seguir destruyendo vidas ajenas (Me consta que trabaja en la Universidad UCEM, o algo así).

Ojalá se lo coma un pitón gordo y hambriento. Ojalá se le vaya la luz hoy en su casa.

Ojalá pague por todo lo que ha hecho y ojalá que no vuelva a causar el mismo dolor e indignación que causó.



3.- "El Pre(podrido)fecto".

En la prepa tuve una manga de maestros maniáticos, ridículamente obsesivos, engreídos e insoportables. Pero el peor de todos ni era maestro. Era el "prefecto", "coordinador", como quieran llamarle.

El tipo era nepotista, un grosero manipulador, vulgar y además, hipócrita.

Sí, sí, en la prepa ya estamos grandes y ya sabemos qué hacemos y bla bla bla, pero eso no le da permiso de tratar a los alumnos como él solía hacerlo. Humillaba y señalaba a los demás.

Para ser alguien tan bajito y obeso, tenía demasiada ira, prepotencia y ganas de horrorizar a la gente.

Yo nunca tuve "problemas" con él, (un par de veces, lo normal), pero en la primera oportunidad que tuve de atestiguar cómo trataba a los demás, me di cuenta del monstruo sin corazón que es.

Ugh.

Lo peor de todo es que la escuela es de su familia, así que no había mucho por hacer.




4.- Cruella de Vil y Cabeza Brillante:


Ah,... a lo que quería llegar. Como sabrán, estoy en la carrera, justamente en la mitad de ella. Está bien padre y me la he pasado muy bonito, he conocido gente y he tenido experiencias y  bueno, de todo he aprendido.

Pero en esta lista entran estas dos criaturas. Cruella de Vil y Cabeza Brillante, a quien públicamente compararé con Dolores Umbridge. (Si terminaste los tres años del preescolar y en tu casa sí te aman lo suficiente, creo que estarás enterado de quién diablos es Dolores Umbridge).

Estas dos HERMOSAS personas son como lo que yo describiría como: BESTIAS DÉSPOTAS, HIPÓCRITAS, DOBLEMORALISTAS, SOBERBIAS, MEZQUINAS Y CON UN GRAVE COMPLEJO DE INFERIORIDAD.

Vamos a analizar sus problemas:

Cruella de Vil es incapaz de mostrar un rasgo de humanidad. Tiene una manera de decir las cosas tan hiriente y ofensivo, que incluso aunque te llegara a dar los buenos días te sentirías mal. Tiene una manera de mirar que te cohibe. Tiene una manera de tratar a sus alumnos ADULTOS que te hace pensar:

"Ésta mujer sí sabe a dónde vino a meterse, ¿Verdad?"

Creo que tiene como siete años perdida, porque neta no parece saber con quién está tratando.

Ahora, Dolores Umbridge:

El tipo está gravemente afectado de sus facultades mentales. Se jura demasiado, se cree demasiado y lo cierto es que ni hablar correctamente puede. A toda palabra ha de añadirle una S al final. Además, es un roñoso. No ha habido ni una clase en que no haya soltado una grosería, durante su explicación o para mostrarnos su furia (Lo sé, he llevado la cuenta).

Pareciera ser que tiene esa necesidad compulsiva de hacer sentir menos a los demás. Tal vez necesita humillar, señalar, evidenciar a los demás para sentirse mejor consigo mismo, porque aparentemente no ha podido superar su origen. Tiene una mente muy cuadriculada y estrecha, es homofóbico (ha hecho comentarios anti y usando palabras homófobas), sumamente elitista y hasta cierto punto xenófobo.  Es de verdad, una de las experiencias más desagradables que he tenido la desgracia de soportar.

Lo peor del asunto es que tiene un buen puesto en mi escuela, y si no pudimos con CV, más difícil será darle una buena zarandeada a este "ser humano".



Hasta aquí dejo mi triste lista de los peores maestros ever on earth. Supongo que nunca acabaría si los sigo nombrando, así que seré una persona civilizada y consciente de mi salud y me evitaré más bilis y úlceras gástricas.

Quisiera dar un muy cálido, afectuoso y sincero agradecimiento con todos esos maestros que trabajan hasta partirse el culo por sus alumnos. Aquellos maestros que están en situaciones viles y que aún así son capaces de llegar al salón con una sonrisa. Aquellos que, aunque contra todo pronóstico, han llegado a cambiar las vidas de muchos niños y sus familias. Aquellos maestros que se vuelven de tu arsenal de amigos cercanos. De aquellos maestros que se vuelven estrellas en el horizonte, aquellos que te inspiran a ser mejores y aquellos que, aunque físicamente no estén, siguen dándote excelentes lecciones.

A ustedes, como los maestros en las imágenes pasadas, a ustedes es este día. Para ustedes es esta vida. Ante ustedes está esta servicial alumna.



Y para esos "maestros" que cumplen con los requisitos que ya hice honor de mencionar, quisiera dejarles este mensaje:

Detente y piensa por un momento: ¿Qué diablos estoy haciendo con mi vida? ¿Qué diablos estoy haciendo con la vida de estos seres humanos ante mí? 

Y lo más importante: Si soy tan mierda, ¿Por qué sigo insistiendo en dar clases, cuando lo único que encuentro de hermoso en ello es que los alumnos siempre serán inferiores ante mí y debo alimentar al agujero negro de autoestima que poseo? ¿Por qué tengo que hacer sentir mal a los demás por mi propio placer? ¿Por qué tengo que llevar esta nube de amargura, ira y desesperación con todos?

¿Por qué tengo que hacer que los futuros docentes aborrezcan con profundidad a las personas involucradas en esta bella carrera?

¿Por qué tengo que ser tan bestia déspota con ellos?

Quizás deberían meditarlo por un minuto. Quizás se darían cuenta que muy en el fondo de su corazón saben que la educación es una carrera a la que únicamente accedieron por los excelentes sueldos y demás lujos que se les dan. Quizás se darían cuenta que lo único satisfactorio que hallan en la educación es que necesitan a un puñado de seres vivos que estén atentos a sus órdenes.

O quizás sólo eres un pedazo de mierda que necesita ser ubicado/a s 8-) 





Sean como el maestro Shuester. Sean como la maestra Miel. 

Inspiren, no ordenen. Enseñen, no digan.
Vivan sus lecciones, no dejen que todo se quede en un simple mapa de prezi guardado.

Sean maestros, independientemente de la carrera que hayan elegido. 
Muestren por amor. Estudien por convicción. 

Sean maestros, sean amigos, sean padres, madres, sean adultos, sean niños, sean doctores, sean psicólogos, sean creyentes, sean científicos, sean abogados, sean escritores...

Pero sobre todo:

Sean humanos.







(Si son buenos maestros, quizás algún día les canten como al señor Shue) 

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