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viernes, 24 de abril de 2015

Cuando el amor duele: (Por qué NO te mereces esto)





     Recuerdo ésa famosa canción de, (si mal lo recuerdo) Tito, el Bambino, que decía algo así:

     "El amor es una magia, una dulce fantasía"...

     Perdónenme por mi cultura popular de dudosa moral, pero tengo muy presente ésa canción por lo mucho que la desprecié. Hasta la fecha la sigo odiando, pero el punto aquí es el amor.

     Si bien, este tema nació porque a principios de semana tuve una especie de epifanía (revelación, pues), este tópico se agrandó porque recibí el miércoles y jueves una conferencia sobre el amor y relaciones de pareja.

     Equis, no vengo a repetir lo que me dijeron ahí, aunque hay puntos muy interesantes que voy a retomar, comenzando con:

¿Qué diablos es el amor?



El amor es un sentimiento, una emoción, una experiencia, una historia, una persona, una acción...

Creo que delimitar el concepto de "amor" en una palabra reduce demasiado, pero ahí les van un par de historias personales y espero que capten las moralejas que yo tanto tiempo me tardé en asimilar.


Quiero ser muy clara al respecto:

No me gusta hablar de mi vida privada, pero bien, este blog es personal. Es decisión de cada lector entrar o no entrar. Leer o no leer. Creer o no creer. Tomárselo personal o no tomárselo personal.

So, chill the fuck out, bitches. It's not personal. Get over yourself, pls.

Estaba en esta época de mi vida donde era (sigo siendo) joven, ingenua y optimista. Demasiado joven, quizás. Demasiado ingenua, quizás. Demasiado optimista, quizás.

No fue amor a primera vista, porque cuando lo vi, lo único que pude sentir fue una gran interrogante en la frente sobre su existencia. ¿Quién diablos era aquél tipo que de repente se cambiaba a mi salón de clases?

Pasó el tiempo y las cosas se dieron. Resumiendo todo, perdí la cabeza. Me volví completamente loca. Neta, neta, no cabía ni un gramo de lógica en mi pensamiento ni en mis actuaciones. De verdad estaba cegada, estaba asombrada, estaba enamorada. En mis vagas ideas sobre el romance, surgió de inmediato la palabra amor. Y es que, ¿cómo no iba a ser amor? Si me sonrojaba cuando me miraba, me derretía cuando me tocaba y el sólo imaginar su rostro en mi mente me provocaban nervios eléctricos en el estómago. 

Eso era amor. Eso me decían que era amor. Emoción, maripositas y todo el cielo de color rosita.

No era algo idealizado, porque conocía su realidad. Sabía que tenía problemas en casa debido a la enfermedad de su madre. Sabía que una de las razones de su comportamiento tan extraño era debido a su pasado amoroso con mi mejor amiga en turno. (Trágico y triste, en verdad). Sabía muchas cosas de él, podía ver su realidad.
Pero aún así no me importaba. Yo estaba enamorada de él. Yo le amaba. 

¿Se lo dije alguna vez?

Creo que no hubo necesidad. La forma de gravitacionar cerca uno del otro era bastante obvio, pero al final no fue suficiente.

Estaba tan preocupada en ser perfecta para él, como él lo era para mí, que neta perdí la razón. 

Y fue la primera vez que mi corazoncillo se rompió. Lo rompieron. Yo dejé entrar a alguien que terminó por estrellar mi órgano figurativo con un sólo golpe.



Todo se acabó. Ese hermoso mundo que pensé que conocía se acabó. Esas ilusiones que tenía se acabaron. Ese ideal del "amor verdadero" se esfumaron. Esa concepción  del hombre "bueno" que tenía de él, se acabó.

Todo se acabó por unas palabras que salieron del contexto. Todo se acabó porque así lo decidió él y bueno... yo no me iba a interponer. Si él quería que se acabara, se iba a acabar. 

Ciertamente me cuesta un poco de trabajo hablar de esta historia en lo general. Todavía me pongo roja de sólo recordar lo que hice por amor. Todavía me duele poquito el pecho de sólo acordarme que yo no hubiera sido suficiente para él en ése entonces. 

*Toma un gran suspiro* *Se aguanta las lágrimas*

En fin. Perdí contacto con él y después nos volvimos a contactar y me di cuenta de que su novia se llama como yo y entonces lo mandé mucho al carajo y continué con mi vida.

¿Que si me enamoré después? Sí, sí me enamoré después. ¿Fue igual que la primera vez? Dudo mucho que algo sea igual que la primera vez. ¿Me encabrona que su pinche novia se llame como yo? Sí, mucho. 

Pero eeeeequuuiissss, una vive y esto es.



Continuando con el momento de historias, chan chan chan chaaaan.

Sé que muchos se mueren porque les cuente de Darren Falso, cuyo nombre aún no me siento preparada de mencionar, pero... creo que no es el caso. Me lo saltaré y me seguiré con la siguiente persona.


Voy a hablar en neutral, porque sé que muchos se alteran y se espantan con mi liberalidad (no confundirse con libertinaje o confusión, EH)

Pasó que hace dos años, más o menos, conocí a esta persona. No voy a dar muchos detalles, pero sé que más de alguno sabrá de quién hablo. De mi edad, era una persona muy simpática, turbo inteligente y... no sé, no sabría decirles, tenía algo en las palabras, en su ser, no sé, irradiaba luz, yo creo. Quizás era porque teníamos muchas cosas en común, o quizás porque... no sé. NO SÉ. Hasta la fecha no sé.

Supo "llegarme". 

No es que me esté haciendo la deseada o la turbo difícil, pero siempre he sentido que para esto del amor soy medio (MUY) especial. No cualquiera me gusta de ésa manera.

Esta persona supo hacer su camino como pudo y llegó hasta a mí. 

Pero tenía novia.

*Traga aire para no ahogarse y ponerse a llorar*




Continúo:

Tuvimos una relación bonita, creo yo. Corta, demasiado efímera, considerando lo mucho que yo quería llegar a la distancia, pero corta a final de cuentas.

Pasó tanto tiempo ésta persona diciéndome lo mucho que me quería, que le importaba y bla bla bla, y yo, como buena puritana idiota, le creí.

Le creí, y es que, ¿cómo podría mentirme?

Ahora lo pienso así:

¿Cómo alguien con novia entonces podría mentirme en decir lo mucho que me quería?

Irónico, ¿no creen?

Pero le creí.

Y me fue mal.

Pasé verdaderamente mucho tiempo sintiéndome pésima conmigo misma, por lo que hacía. Sentía que estaba entrando en el lugar de la otra y es que, emocionalmente, así era. Estaba siendo la otra, porque eso era infidelidad sentimental.

Cuando por fin se dio nuestra oportunidad, esta persona que tanto tiempo estuvo "insinuándome" cosas, terminó conmigo de la pinche nada.

¿Me enojé? Sí, estaba muy enojada.

Más que enojadaba, estaba herida. Hasta la fecha sigo un poco enojada, herida y decepcionada.

¿Saben qué es lo peor de todo?

Que nunca me pidió una mísera disculpa. Jamás se disculpó conmigo.

Nunca ni un "perdón por haberte hecho sentir mal". Nunca se disculpó por haberme manipulado a su antojo durante tantos meses. Nunca por haberme visto la cara de pendeja por tanto tiempo. Nunca por haberme tratado como un objeto durante tanto tiempo. Nunca por haberme lastimado.

Nunca. Ni un "ups, perdón".

Nada.

Su manera de disculparse era comprándome con cosas materiales y esto me hace reflexionar aún más:

1.- Yo no era digna ni de su perdón ni de nada más.
2.- Creía que con regalos y objetos se me iba a olvidar todo lo malo que me hizo.
3.- De verdad creía que era muy pendeja.

Y sí, lo cierto es que actué como una pendeja. No tuve respeto ni por mí misma ni por nadie. No tuve amor propio para defenderme. No tuve nada de nada a favor de mí misma.

¿Cómo le estaba pidiendo amor a una persona ajena, cuando ni yo misma me lo podía dar?



Ignoré los consejos de mis amigos. Ignoré a todos aquellos que querían verme mejor, que querían que fuera feliz. Ignoré a todos por creer en esta persona, porque de verdad consideraba que era una buena persona, digna de mi confianza y digna de todo lo que yo pudiera ofrecerle.

Resultó que no. Que yo era la que estaba equivocada. Las cosas no eran lo que yo pensaba. Eran cosas peores.

Hace meses me di cuenta de que no era que me había enamorado de esta persona. Es que me había enamorado de la manera en que me lastimaba, una y otra vez, cavando cada vez más profundo, no dejando rastros de ni siquiera arrepentimiento.

Una y otra vez le justifiqué sus chingaderas. Una y otra vez le defendí ante mis amigos. Una y otra vez me engañé a mí misma por comodidad, por miedo, por lo que sea.

Y esta persona una y otra vez me veía la cara de pendeja. Se reía en mi cara y a mis espaldas. Se pavoneaba como si  yo fuese algún tipo de objeto sin sentimientos ni pensamientos propios.

Supo llegarme y ése fue el final de "nuestro amor".

Porque bueno, queridos amigos, creo que llegamos a la conclusión de que eso no era amor.

No era amor en el momento en que me reclamaba por haber amado o seguir amando a otros. No era amor en el momento en que sus nervios se le retorcían cada vez que yo era amigable con alguien. No era amor en el momento en que deseaba con tanto fervor que yo le correspondiera de una manera en que no podía corresponderle. No era amor, sencillamente porque no quería amor para con esta persona. Esa persona no quería que yo le diera mi amor. Esa persona quería que yo le diera el amor que creía conveniente. Sólo para su propio beneficio, sin contarme a mí como un elemento en una pareja.



Y el lunes por fin me sinceré con una de mis amigas que estaba al tanto de todo. Me sinceré:

De verdad no podía creer lo imbécil que había sido. Normalmente me considero una persona con una inteligencia sobre el promedio, pero lo que había hecho, lo que había soportado por tantos meses no era de una persona inteligente.

Era aberrante, avergonzante y de verdad no puedo creer que haya sido tan idiota. De todas las cosas idiotas que he hecho en la vida, creerle a alguien que aseguraba querer mi bienestar por sobre todo, fácilmente entraba entre el top 3 de lo más idiota que he hecho a mis 20 años.

So, a lo que voy es esto:

1.- El amor no aprisiona: No reclama y no cela.


El amor es libertad, amigos. Si comienzas a sentir celos, que es derivación de miedo, entonces es porque ni estás segura de ti misma ni de ésa persona. Y si no tienes seguridad, ¿entonces en qué vas a fundamentar lo demás?
No se engañen. No hay celos bonitos ni sanos ni halagadores.

Los celos son para pobres idiotas incapaces de amar plenamente.

2.-El amor exige sacrificio, sí, pero jamás te pedirá algo que no puedas dar:



Y por último...

3.-El amor NO duele:



Tan simple como eso. Jamás duele, de ninguna manera. Es cansado mantener una relación, sí, sí es cansado. Es cansado amar a alguien, sí, sí es cansado.

Pero es indoloro.

El amor cura, no destruye. El amor construye y no envenena.

Así que me gustaría que se dejaran de engañarse a sí mismos, como yo me engañé por tanto tiempo.

No puede ser una buena relación cuando no te permite convivir con otras personas, no te deja vestirte como te gusta, cuando no te permite vivir.

Dicen que el amor verdadero es cuando encuentras a tu otra mitad y yo personalmente no creo eso.

Yo pienso que el amor verdadero es aquél que te deja vivir y punto.

No te mientas y creas que las cosas están bien sólo porque tiene tres semanas sin que te haga sentir mal. No te mientas y creas que las cosas van a cambiar. No te mientas y pienses que estar en ésa relación tóxica podría ser la última que tengas.

Simplemente, NO TE MIENTAS.

Ámate a ti mismo para que otros puedan amarte. No aceptes chingaderas ni desechos de otros.

No te engañes ni engañes a los demás.



La vida es demasiado corta como para andar aguantando mierda ajena. Bye. 


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