10 razones del por qué nadie se quiere juntar contigo (probablemente).

Oh, dear, estoy plenamente consciente de que estoy nuevamente tocando un tema polémico. A estas alturas del año deben saber que me gusta tocar temas polémicos. Soy controversial, ¿qué puedo decir?

Por consiguiente a esto, creo que no está de más añadir el hecho de que no va dirigido a nadie, no es personal, así que no empiecen con sus mariconadas.

Si bien, a mí nunca me ha pasado algo así de terrible (que no se quieran juntar conmigo para algo), debe ser un puto asco que te suceda. Debe doler y debe ofender mucho. ¿Pero, te has puesto a pensar qué es lo que haces que está alejando a las personas? Yo sé que nadie es monedita de oro para agradarle a todos. Incluso Diosito es aborrecido por muchos, yo lo sé, pero de eso, a que un porcentaje considerable de la gente con la que convives no te encuentra muy agradable, o en casos más extremos, simplemente te rechaza, ¿has considerado que sea por algo malo que estás haciendo?

Probablemente no, porque eres demasiado egocéntrico para verlo, pero aquí te dejaré 10 posibles razones del por qué nadie quiere estar en tu equipo de trabajo.


1.- Eres grosero y/o agresivo: 

Que conste que yo no vengo a criticar la personalidad de alguien y no confundamos el ser grosero con el usar palabras "floridas". Yo tengo un léxico muy mexicano e incluso algunas veces muy explícito, pero no me ven ofendiendo a alguien más con ésas palabrotas. Hay personas que su naturaleza es estar a la defensiva y es entendible... pero de eso a que de verdad vayas por la vida jodiendo a los demás sólo porque estás de mal humor o porque "así naciste" hay un mundo de diferencia. Que no te sorprenda que nadie te quiera hablar en la hora del recreo.

2.- No sabes trabajar en equipo:

Qué dilema, ¿no creen? Ser el favorito del salón, el que dice cosas graciosas, el que se lleva turbo bien con todos y hasta con los maestros, que te celebren las fechas importantes, que te busquen los fines de semana para armar un plan... pero qué horrible a la hora de que el profesor dice: "Hagan equipos de equis número". Y entonces todo valió madres porque como eres un completo inútil a la hora de colaborar, nadie te quiere en su equipo y al final el profesor te tiene que meter a uno en contra de la voluntad de tus compañeros. Qué horrible debe ser enfrentarte a sus jetas de desaprobación por tener tu presencia ahí, pero si es justificada por tu falta de responsabilidad y compromiso, déjame decirte que no tienes ningún derecho de ofenderte.

3.- Incomodas a los demás con tus comentarios: 

Repitiendo: No estoy para atacar a nadie y no me malinterpreten, la honestidad nunca es mala ni incorrecta. Pero creo que existen momentos y lugares. No puedes ir por la vida aventándole la verdad en sus caras a las personas. Es molesto, es incómodo y a veces cae en el abuso emocional. Si cuando hablas en voz alta, más de alguno se queda callado por algo "gracioso" que se te ocurrió decir de tus compañeros, es probable que no te vean con buenos ojos cuando están contigo.

4.- Eres un mandón insufrible: 

Si vas por la vida con actitud de diva sin alfombra, menospreciando a los demás, la neta, estás mejor lejos de todos. No todos están para aguantar tus griterios y tus mandatos. No, no eres ni la reina Isabel III, ni Sia ni nadie para andar mangoneando a alguien. La arrogancia es mala, sí, pero es mucho peor cuando ni siquiera está fundamentada. 

5.- Utilizas el miedo para influir en los demás: (En otras palabras, you're scary as fuck)

Es tu personalidad quizás, es tu manera de decir las cosas quizás, es incluso tu apariencia y tu lenguaje corporal. El punto es que eres aterrador y nadie se te quiere acercar porque piensan lo peor de ti. Reflexiónalo: ¿Por qué todos creen que les voy a arrancar un brazo en cuando pasen junto a mí? Tal vez literalmente no, pero metafóricamente lo has hecho y ni cuenta te has dado. Tal vez en tu casa se acostumbre a llamar a los demás como "pendejos", pero en cuanto pones un pie en otro círculo social, los demás se sienten atacados, ofendidos, atemorizados.

Perdónalos, no todos pueden tener un carácter tan imponente, impredecible, agresivo, liberal, etc. 

Eso sí, deja de tomarte las pastillas del monstruo de Frankestein si de verdad quieres tener un equipo.

6.- Estás hasta el cuello de autosuficiencia: (O sea, eres perfecto y nadie merece trabajar contigo)

Sí, mira, nadie se quiere juntar con alguien que piensa que su peor ancla es el mismo ser humano. Sí, yo a veces me siento así, pero no voy por mis veinte años de vida echando en cara a los demás lo que yo puedo hacer y ellos no. Así no funciona esto. Es trabajo de equipo. Nadie es indispensable. 
Tú y yo podemos ser reemplazados. Así que hay que reconocer que hay momentos (aunque deseemos que no los hubieran) en que necesitamos a los demás. Lidia con eso.

7.- Tienes un carácter de mierda que ni tú mismo/a puedes regular.

Enfréntalo. Eres odioso y no eres odioso por cómo te vistes o cómo hablas. Eres odioso porque quieres ser odioso. Porque es fácil ser odioso. Porque es divertido ser odioso.

Tú mismo/a puedes reconocer que por momentos eres mamón/a con todo el mundo. Reconoces que no todos te caen bien y que por lo tanto, tú tampoco puedes caerles bien a todos pero que te vale. Reconoces que eres irresponsable, incumplido y que prefieres hacerte un peso muerto en alguna actividad grupal.

Lo entiendo, es normal y si eres feliz así, qué padre. Sólo por favor, no te ofendas cuando nadie se ofrezca a apoyarte en cierto trabajo/actividad, lo que sea. Tienes un carácter de mierda y como he dicho previamente, ni tú ni yo estamos como para dar ni recibir.

8.- Nadie sabe qué onda contigo:

Eres más volátil que los ridículos vestuarios de Lady Gaga, Katy Perry (añada aquí a cualquier artista pop de plástico de su preferencia). Por momentos estás bien, por momentos estás mal. Por momentos quieres a todo el mundo y por momentos deseas el apocalipsis temprano.
Nuevamente, no estoy critiando a alguien. Yo respeto y así, y si eres así, pues está bien. Equis.

Aquí lo importante es que de verdad fastidia, castra mucho, que ni siquiera sabes qué onda con ésa persona. La saludaste y te saludó y todo tranquilo. Pero a los cinco minutos te está fulminando con la mirada y deseándote la muerte mentalmente. Diez minutos después te está pidiendo perdón y abrazándote, mientras te confiesa lo mucho que significas para ellos. Y como no le respondiste como ellos querían, vuelven a estar encabronados contigo.

Lo que más fastidia de todo esto es que NI TE DICEN UN CARAJO. Así de la nada se emputan y así de la nada se les quita. No hacen nada por solucionar sus problemas, simplemente se dejan llevar por un pequeño detalle que les agradó (o no les agradó) de tu persona y ya valió todo. La neta, qué hueva tener que estar soportando a alguien así. Alguien que ni tiene orden ni lógica ni se entiende así mismo.

9.- Eres más falso que cualquiera de las Kardashians. (¿así se escribe?)

Tengo esta teoría de los sentidos: Podemos percibir más de lo que notamos. 

Funciona así: Se te acerca alguien buena onda y te hace plática. Te ríes un rato y te la pasas bien, pero de repente comienzas a notar (por sus comentarios, tono de voz, lenguaje no verbal) que algo no está cuadrando. Luego te empieza a hablar mal de ciertas personas que ni siquiera tienes el gusto (o disgusto) de conocer y te quedas como: khé ._.? 

Pienso que nos damos cuenta de cuándo alguien está siendo falso con nosotros, pero muchas veces ignoramos las señales. Inconscientemente sabemos, muy en el fondo de nuestros corazones y almas, que ésa persona no es sincera. ¿Y qué sucede cuando esto pasa? Es rechazada.

¿Cómo voy a confiar en alguien, que se la pasa hablando mal de medio mundo? Creo que es natural pensar que también hablará mal de mí con otros. ¿Cómo voy a depositar mi confianza en alguien que ni siquiera me muestra su verdadero ser? Recién salí de la adolescencia (ahora me considero un humano digi-evolucionado, casi en la categoría de digna card captor) y muchas personas que conocí ni siquiera sabían quiénes eran. Eran quienes les decían, les convenía ser. Eran todos, menos ellos mismos, sólo por caer bien. 
Otro punto de flojera emocional: Tener que estar fingiendo que alguien te cae bien cuando ni siquiera sabes si te cae bien. Qué flojera ser amigo de alguien a quien ni siquiera conoces y ni sabes cómo es su verdadero ser. 

10.- Simplemente apestas.

¿Has considerado, no sé, en bañarte de vez en cuando? 

Obvio no vengo a decirle a alguien cómo vivir o cómo debe ser. Para nada. Estoy muy lejos de tener ésa posición (si es que existe tal posición). Aquí mi punto es que no te sorprenda para nada si alguien no se quiere sentar junto a ti. Le das flojera, seguramente y bueno, deberías reflexionarlo. No es muy sano ir por la vida así.

Ahora, si te ha sucedido esto y no entras en ningún punto, quizás, QUIZÁS, te encuentras muy cercano a alguien así y es más fácil huir de un hoyo negro de la perdición que acercarse a salvarte. Es egoísta, sí, es poco altruista, sí, pero a veces es mejor dejar a alguien atrás que perder a seis por delante.

Equis, pero no soy perfecta y todos tenemos defectos. 

Aunque tampoco se la jalen y quieran obligar a todos a aceptar sus defectos cuando son defectos poco poéticos y hasta absurdos.