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viernes, 30 de enero de 2015

Sólo Un Poquito de Tu Corazón



     Historias que se terminan, historias que inician e historias que continuan.

     Ésa historia no comenzó bien. No tuvo un inicio digno y por lo tanto, se ha terminado tantas veces que la gente que está al tanto de esto, se aburrió y ahora les importa un carajo. Siendo una escritora, al auto denominarme así, puedo decir que ésta historia es un poquito diferente a las demás.

     Es de ésas historias que te dejan sin aliento durante bastantes horas. Es de ésas historias que te roban el sueño y cuando te lo regresan, sólo te atormentan cada noche hasta hacerte llorar. Es de ésas historias que llevas en la piel, y que no importa en dónde puedas estar o con quién puedas estar, no puedes simplemente olvidarte de eso por un rato. Es de ésas historias que te hacen comprender las canciones de Sam Smith (<3). Es de ésas historias que llevas en forma de collar de corazón. Es de ésas historias que te enseñan la peor y la mejor parte de ti misma/o. Es de ésas historias que acaban con la autoestima y lógica que posees. Es de ésas historias que te hacen cuestionar el sentido y el movimiento de la vida. Es de ésas historias que si no te matan, sí te vuelven más insegura.

     Más insegura, pero más inteligente.

     No sé cuánto tiempo tiene éste vínculo. Podría decir que año, año y medio, no estoy segura, creo que tampoco importa mucho. La gente suele ponerle muchas barreras a los sentimientos para limitar la voluntad humana. Y creanme, amigos, ésta historia es un jaque. Por donde quiera que miraras, alguien iba a terminar lastimado.


     Llega un momento en que te despiertas, te estiras y te preguntas en voz alta: ¿Qué estoy haciendo?

     A veces, una no sabe para dónde girar. No sabe cómo proceder y cuestiona cada paso y decisión que da por temor a arruinarlo todo. Es como atrapar a la más hermosa de todas las mariposas dentro de una jaula de cristal. No la dejas ir, por temor a que jamás la vuelvas a ver. La mantienes contigo, por temor a perderla. La encierras, por temor a que te haga daño.

    El amor no es como una flor que te gusta y la cortas y la guardas en tu bolsillo. Rayos, ¿alguien siquiera podría hacer una analogía sobre el amor? El amor es tan subjetivo, es tan diverso. Es como... la otra semana escribí una despedida a alguien a quien quise mucho, de quien me enamoré durante un largo rato. Y ahora estoy escribiendo de cómo hacer una llamada (que por cierto, no respondieron) cambió otra historia. Re-inició otra historia.

    Y, ¡Vaya que soy culpable! Acepto mi culpa en esto. He vivido los últimos meses enamorada de dos personas completamente diferentes. Créanme, DIFERENTES. Casi opuestos. Con historias diferentes y cuyos sentimientos que profesaban por mí diferían mucho. He ahí mi culpa. Abrir mi corazón a alguien, cuando sabía que dentro mío había alguien más. Pero tengo 19 años. Creo que tengo derecho a equivocarme.

    Y por temor a equivocarme, hice lo que hice. No importaba la "etiqueta" que tenía nuestro vínculo. Terminé por ser la otra. No en el sentido estricto de la palabra, porque físicamente no hubo un acercamiento. Emocionalmente sí. Y entonces, si no era la otra, terminé por sentirme como la otra.

   Me conformé. Eso era lo único que podía hacer. Había hablado acerca de mis sentimientos y había sido completamente ignorada. Así que lo único que hice fue suspirar, guardar mis emociones en mi bolsa favorita y aceptar un vínculo, algo sin nombre, sólo para estar cerca de alguien que, aunque tuviera novia en ése momento, decía quererme. Decía lo mucho que le importaba. Inocentemente creí en sus palabras.


     Suena terrible. Lo sé. Fue terrible hacer eso. ¿Y saben cuál es la peor parte?

Que no me arrepiento.

    Pueden tacharme de "zorra". De "fácil". De "rompe relaciones". Háganlo. Júzguenme.
No pueden pensar de mí peor de lo que llegué a pensar de mí misma durante meses. Háganlo. Háganme un juicio y decidan quién tiene más culpa.

Y probablemente a estas alturas se estarán preguntando... ¡¿Y por qué chingados no te arrepientes si te hizo sentir tan mal?! Además de no tener moral ni respeto, eres una cínica.




     Y pues sí. Lo soy. Me arrepiento más de las cosas que no hice, que de las que hice. Si hice esto es porque en su momento creí en la confianza que alguien me daba. En su casi-promesa de "no jugar conmigo". Es porque creí que era lo correcto.



     
No voy a menospreciar los sentimientos de alguien. Claro que no. No me gusta hacerlo, porque sé lo culero que eso se siente, sobre todo viniendo de personas a quienes de verdad quieres.

No todo fue malo en esta relación tan extraña que involucra una gama de sentimientos más diversa que las personas habitantes en Florida y Los Ángeles juntos.

Conocí a una hermosa alma, compañera y viajera que estuvo conmigo un buen rato. Conocí la importancia de poner atención a las opiniones y puntos de vista de mis amigos, quienes, aunque no podían ver lo que yo veía, tenían una visión más clara y amplia de las cosas. Aprendí a tomar decisiones por mí misma, pero todavía no aprendo a mantenerlas JAJAJAJAJA no es gracioso :(

El amor es diferente para todos. Sé que lo estás leyendo y en tu cabeza rondará el : ¿por qué no puede escribir algo tan hermoso como lo que le escribió al cabrón de la otra vez?

No puedo quererte como a él, porque no me diste lo que él me dio. Es probable que me hayas dado más y éste sentimiento se amplió. Por favor, no te compares con él, ni con alguien más de mi pasado. Por favor, no quieras que a mis 19 años y siendo mi naturaleza extremadamente curiosa, no tenga personas que aún conservo en mi alma con cariño y melancolía. Por favor, no creas ni vayas por la vida creyendo que lo que siento por ti es insignificante a lo que sentí por ése hombre. Porque no lo es. No menosprecies todo lo que he dicho, lo que he hecho por ti.

No habría renunciado tan fácil a mi comodidad por él (a lo mejor sí, quién sabe, lol). No habría vivido en paz conmigo misma.

Te quiero. Te amo. Te aprecio. Te extraño. Te deseo. Te espero. Te pertenecí. Te di. Te quise. Te amé. Te aprecié. Te extrañé. Te deseé. Te esperé.

Y lo sabes.

Querías que yo fuera más "expresiva", más "abierta" en cuanto a lo nuestro. Creías que ésa es una manera mía de mostrar lo mucho que me importa algo y los celos te carcomían por dentro cada vez que leías algo que escribía de él. Lo sé. No me haces tonta.

Lo que no entendías es que yo de las cosas que me importan no me gusta hablar. Es mío. Este amor es mío y de nadie más. Este sueño es mío y de nadie más. Este sentimiento es mío y de nadie más. Estas palabras son mías y de nadie más. La importancia que le doy a tu alma, a tu presencia y tu existencia es puramente MÍA. Es algo que me gusta, que me encanta reservarme para conmigo misma.

No para echárselo en cara a alguien. No para restregar toda esta fabulosidad que conlleva ser talentosexual. No para mostrar lo flexible y lo elástica que soy. No para justificar mi locura y mi inseguridad. No para provocar envidia. No para hacer al mundo testigo de mis sentimientos, mis relaciones y mis pensamientos más privados. Es mío.




Ahora no sé qué tanto revelé de mí misma. Me siento como si me desnudaran poco a poco. OMG. Y no en el sentido erótico de la expresión. Sé que ése precisamente es el trabajo de los artistas, pero aún sigo creyendo que hay partes de mí que son mías y ya.

Al final, queridos lectores, no pude cerrar esta historia. No pude. No puedo. No quiero. Y creo que está bien. Digo, si no me puedo deshacer de algo, es porque debe ser importante, ¿No lo creen?

Tal vez me lleve años sobreponerme a esto. Tal vez jamás lo haga porque jamás quiera hacerlo. Tal vez no tenga que hacerlo y nuestras almas se vuelvan a juntar más de lo que ya están. Tal vez llegue a alguien a tu vida y me reemplace. Tal vez llegue alguien a mi vida que eclipse tu lugar. Y esta es mi opinión:

Te quiero mucho. Significas mucho para mí. Representas bastante para mí. Me contagias tu vitalidad. Me haces querer vivir. Haces que de estar feliz, pase a estar turbo triste y luego a muy molesta. Eso es bueno. Eso quiere decir que todavía tiene poder el hagas o dejes de hacer cosas. Por favor, no estés triste porque no podemos estar como tú quieres que estemos. Abramos nuestros corazones a todas las posibilidades que la vida nos tenga. Buenas y malas y caminemos de la mano por las experiencias que están por venir. Si nos toca de verdad despedirnos, lo haré plenamente segura que esto es algo que no cambiaría ni por lo que renunciaría tan fácil. Si no es el caso, estaré más que emocionada de compartir mi vida contigo de cualquier manera. 

Te amo mucho. 

Y no sabes lo mucho que deseé que hubiera sido suficiente para que esta historia no lastimara que lastimó.




Creo que ya lo hice muy largo, muy pretencioso y muy lastimero (lol). Supongo que me despediré con una de mis canciones preferidas que está en el soundtrack de este amor *0*



voy a dejar esto también por aquí...












viernes, 23 de enero de 2015

Porqué Confíar Ciegamente en las Personas NO Me Ha Traído Nada Bueno (más que lecciones)

   Me gusta considerarme como una optimista. Intento verle el lado bueno a las cosas y sé que muchos no me creerán porque paso la mayor parte del tiempo deseando mi propia muerte, pero eso hago. Antes de morirme, quiero de verdad que estén bien las cosas. Como dice mi mamá: "Todo tiene solución, menos la muerte" y yo creo en eso.

     Al autodenominarme optimista, eso implica esforzarme (quizás más) en ver las cosas buenas de las personas. Eso hago, créanme, no le tengo mala a fe a nadie porque al final del día, mi propia arrogancia me impide acercarme a las personas lo suficiente como para encontrar algo que me desagrade. Todos tenemos nuestro lado bueno y nuestro lado malo. "No somos personajes de Disney", como dice mi amigo José. Es parte de la vida, el ying y el yang. Luz y oscuridad.

    Ahora bien...mucha gente estará de acuerdo con que mi existencia está inundada de inocencia. Síp, me declaro culpable: Mi fe en la humanidad a veces me ciega y me es difícil ver cuando alguien tiene malas intenciones, o cuando alguien me está intentando dañar. Así soy yo, así siempre he sido yo, y a pesar de que he aprendido MUCHAS cosas a la mala, aún no se me quita ése hábito. ¿Y podría ser algo malo? No lo creo. Simplemente es falta de prejuicio. ¿Por qué voy a juzgarte sin conocerte? ¿Por qué no voy a confiar en ti, si ni siquiera me has dado una razón para dudar? ¿Por qué voy a creer que me vas a querer lastimar si ni te conozco?... ¿Ven ahora mi punto? Aunque también tiene que ver un poco mi inseguridad como persona. ¿Qué es lo que alguien buscaría de mí? No tengo mucho que ofrecer económicamente ni en algún otro aspecto. Pero eso lo he aprendido bien: Siempre un buen besuqueo, manoseo, sentirse amados, sentirse importantes, sentir el poder de hacer a alguien sufrir es bastante para algunos pedazos de basura. Eso lo he aprendido a la mala, entonces...

      ¿No es ésa una razón válida para mandar a todos al diablo y volverme una persona huraña y sociópata? No para mí. Mi filantropía me puede a veces más. Como sea, no vine a quejarme (como normalmente hago) y a pesar de lo buena onda que estoy intentando ser, voy a dar algunas anécdotas y/o razones para que aprendan algo de mí. "soy un cuento con moraleja"...

1.- Cuando te buscan por sacar provecho de ti:  

Muy fácil. Es básicamente la historia de mi vida, por sorprendente que esto pueda parecer. Las personas se acercan a otras personas sólo por buscar algo. Está bien, no lo condeno ni me indigna ni nada. Lo que me molesta hasta cierto grado es que sólo te buscan cuando necesitan algo de ti, pero cuando están bien, ni se preocupan por saludarte o algo, o siquiera una sonrisa. Así es. Vamos, mi inglés ni siquiera es tan bueno, y aún así la gente se me acercaba a pedirme orientación. Nuevamente, a mí no me irrita ayudar, al contrario, me gusta ayudar, me hace sentir útil con la humanidad, pero tampoco se pasen. 

Me ocurrió en la secundaria, que incluso mis propios "bullys" (? se acercaban a mí para que les prestara mi libro de español o a la hora de revisar sus tareas de inglés (sí, a mí me ponían a revisar), me imploraban misericordia y compasión. 

Lo repito, no me importa ni requiere mucho esfuerzo mío el estar ayudando. Si sé algo que a alguien le puede servir, estoy más que contenta por ser útil. Pero no me hagan pensar que soy su amiga sólo por conseguir beneficios. Siendo mis amigos o no, NO les haré ninguna tarea, NO voy a tener ninguna consideración especial, NO les resolveré ningún extra (porque hasta eso me tocó hacer)


2.-Cuando estás segura/o de la amistad de alguien y en la primera oportunidad que tienen para apuñalarte, lo hacen:


¿Por qué hacen esto? D: No, de verdad, ¿qué ganan o qué? ¿Les causa algún tipo de placer del tipo sexual? ¿Tienen algún complejo? ¿Alguien les robó a su tortuga cuando eran niños? ¿O es su naturaleza humana?

Ok, aquí acepto mi culpa. Crecer en la generación Disney, Cartoon Network y Nickelodeon sólo me ha dejado turbo altas expectativas de las personas, sobre todo de los amigos. Creer que una amistad será eterna y duradera, y feliz, sin problemas y justa. Creer que cuando alguien dice "puedes confiar en mí", de verdad quiere decir "dime, me iré a la tumba con tu secreto". Es mi culpa por ser tan idealista y así. Pero neta, en buena onda, ¿qué sucede en sus pequeñas mentes, pedacitos de basura infernal?

Tal vez se debe al constante convivio. Cuando estamos en la escuela, convivimos con extraños y al cabo de un tiempo establecemos la relación de amistad y todo es bonito. Todos es bonito, claro, porque los vemos 5 días a la semana. Porque en cuanto terminas el ciclo, la etapa, lo que sea, en cuanto dejas de frencuentarlos, es como si te mostraran sus rostros llenos de malicia y sed de venganza, Es como si olvidaran los 2 años, los 4 años, los 3 años en la escuela, en una cárcel cognitiva donde compartiste con ellos reprobaciones, excentaciones (?, peleas, chismes, fiestas y momentos de verdadero estrés. Se les olvida y te tratan como a una extraña y volvemos al primer punto. Aquí está una pequeña historia:

En la secundaria tenía una amiga cuyo nombre dejaré en Mónica. Ella y yo nos llevábamos turbo genial porque compartíamos el gusto por la lectura y nos contábamos secretos y así, todo muy padre. Incluso mi mejor amiga, Yazmín, se enojaba poquito y no le hacía mucha gracia porque según ella "Yo la dejaba de lado para platicar con Mónica", o sea, celos. (Sorry, Yaz, i love you, but it's true). Todo muy padre. 
Luego llegó la época de la preparatoria y ella se fue a la misma que yo. Obvio me hacía ilusión y así compartir otra etapa de mi vida con ella, pero ahora ella era diferente. Mónica dejó de ser la simpática, inteligente y comprensiva chica que conocí en la secundaria. Se volvió frívola, calculadora, egocéntrica y soberbia. Lo peor es que yo me enteré por un amigo en común de las cosas horribles que llegó a decir de mí. Mónica me miraba por los pasillos y ni se inmutaba. Ni una sonrisa, ni un hola, ni NADA. Es más, era como si de verdad no me reconociera. Mis amigos de la prepa no creían que yo hubiera sido amiga de ella anteriormente. Hasta la fecha, yo todavía no sé ni qué pasó ni qué hice yo mal, o qué le picó. Pero en fin. 


3.-Cuando crees demasiado en el juicio de los demás: 



As simple as that.

Cuando alguien te dice "Es que ése chavo se cree mucho", o "éste maestro es un cabrón hijo de puta", o cuando te dicen "no, es que de verdad ella es buena onda", todo esto es parte del juicio y experiencias de los demás. Yo no debería tomármelo tan en serio, porque termino metida en problemas. Otra vez, acepto mi culpa. No debería dejarme llevar por lo que otros dicen. Tal vez ellos dicen: "No, es que de verdad ella es buena onda", pero o sea, la tipa es una pinche matona. Así no se puede.
Por eso prefiero no tomar los prejuicios de nadie más y afrontarme a las cosas tal cual me pueden pasar. A veces me va bien, a veces me va mal y a veces me gustaría que me avisaran por adelantado. 

4.-Cuando te dicen que te Quieren/Aman y/o les GUSTAS y NO LO DEMUESTRAN:


OMG! Podría escribir un libro de esto. Creo que a todos nos ha pasado (díganme que sí, por fa), y a mí me suele pasar MUY seguido. ¿Por qué? Otra vez mi inocencia. O estupidez, la verdad, a veces sí llego a ése punto.

¿Por qué ésa necesidad? De verdad. No le veo el caso decirle a alguien "Oye, te quiero mucho" para que después lo mandes a la chingada. 

¿Por qué vas a decirme que me quieres, SI NO ME CONTESTAS EL CHINGADO WHATS APP? ¿Por qué vas a decirme que te gusto, SI TIENES NOVIA?
¿Por qué vas a decirme que me amas, SI DE TODOS MODOS ME VAS A HACER LLORAR?

No, es de verdad. Pregunta abierta, queridos lectores. Siéntanse libres de contestarme. Aquí no haré aclaraciones porque sería meterme en MÁS problemas. Ya de por sí mi anterior entrada causó polémica...

¿Por qué? ¿Te es tan fácil decir un "te quiero" como un "ey, hola"? ¿Si?

Otra vez, tengo en parte culpa. ¿Porqué les creo? Supongo que en ése caso, yo también estoy dañada por andar creyendo en palabras sueltas. Pero me gustaría que lo dejaran de hacer, porque me fastidia MUCHO.

A veces una está tan enamorada que ignora todas las señales y sigue creyendo en palabras bonitas y sonrisitas y así, y estás tan cegada por la luz de ésa persona que no puedes ver el daño que te está haciendo. Aquí entran los amigos y/o familia y a veces ellos te pueden proveer una segunda opinión, ya que podrían tener una visión más amplia del contexto y las cosas en general. Y volvemos al punto 3. 

No lo hagan, amigos, por favor no lo hagan. No vayan por la vida regalando "te quiero"s si no lo sienten de verdad, si no lo van a sustentar de verdad. Nada les da derecho de romperle el corazón a alguien. Si de verdad me quieren, demuéstremenlo. No les pido que me den regalos cada que nos veamos o paguen las cosas o me llamen cada tres días, para nada. 

Sólo contéstenme los pinches mensajes. No sean hipócritas, si no quieren salir conmigo, díganme que no quieren y pinches ya. Salúdenme en la calle si me ven. ACÉPTENME COMO SOY, CARAJO.

Bien fácil. Y si no quieren, no me digan que me quieren y ya. Asunto resuelto.



Las cosas de la confianza son algo polémico y abstracto. Lo que para mí funciona, tal vez para ti no y lo entiendo. Les recuerdo que yo no vine a hacer éste blog para pretender decirles cómo vivir. Cada quien tiene su vida, su estilo, su ritmo y somos individuos diferentes.

Tomen en cuenta algo que me ha costado aprender y que ahora sé a mis tiernos 19 años:

Ustedes no tienen control sobre lo que los demás hacen. Si alguien te va a lastimar, lo hará. Si alguien te va a ver la cara, te la verán. Ustedes pueden decidir cómo reaccionar y qué contestar, pero no pueden cambiar sus intenciones.

Tampoco les digo que vayan por la vida desconfiando de los demás. ¡Claro que no! Dénse la oportunidad de conocer a las personas. A veces nos dejamos llevar por lo que alguien nos dice, o por cómo se ve, pero las personas siempre traen sorpresas, buenas y malas. Sólo no se sientan culpables ni se arrepientan.

Al final, el título de ésta entrada queda como (otra) pregunta abierta. Todo tiene su medida. No vas a desconfiar de todos sólo por miedo a que te lastimen, ni tampoco vas a confiar en todos porque en realidad no los conoces.

Todos tenemos nuestras ideas, pensamientos, la energía con la que nos movemos, nuestras intenciones y nuestros secretos. 

Por lo menos hoy puedo decir:







viernes, 16 de enero de 2015

Goodbye, My Almost Lover. (Adiós, mi casi amante)


     






Han sucedido tantas cosas durante ésta semana que estuve a punto a hablar de alguna de ellas. La mayoría eran demasiado depresivas, así que me decidí por el tema original: Adiós, mi casi amante.

     La semana pasada, siendo más específica, el sábado, tuve una "crisis" emocional. En la madrugada del sábado tuve un sueño, y si me conocen, los sueños me perturban demasiado. Éste sueño no fue un sueño cualquiera. Soñé con el mismo hombre con quien me he torturado. 

    Es una larga historia y debido a problemas personales, no revelaré nombres porque si no se armaría la de troya, pero en sí daré un breve resumen de lo ocurrido:

Soy muy idiota.
Soy muy emotiva.
Soy muy fácil de romper.

Y él era demasiado idiota.
Él era demasiado temeroso.
Él era demasiado fácil de romper.

    Te conocí poco antes de entrar en la preparatoria. (5 años, sí, ¡Hace 5 años!) Y no había sido la primera vez que me había enamorado. O sea, "enamorarse", hay tantas definiciones y sentimientos y bueno, creo que ése concepto debe usarse a un nivel personal porque no es lo mismo que yo me enamore a que ella o él se enamoren. Así de simple. En fin. Fue algo muy rápido. Yo iba con mi mamá, él iba con su mamá y todo fue así, como un chispazo de la nada. De ésos chispazos accidentales que provocan los más grandes incendios de la historia. 

    Aprendí muchas cosas. Aprendí que si yo no hablo, nadie hablará por mí. Aprendí que las personas no son perfectas, ni aunque yo las ame con una devoción casi religiosa no serán perfectas. Aprendí que las situaciones no aparecen de la nada. Las situaciones nosotros las hacemos. Aprendí que tengo más terminaciones sensibles al tacto en mi piel de las que creí tener. Aprendí muchas cosas de mí, aprendí muchas cosas de él, y sobre todo, aprendí muchas cosas de la vida. A veces las decisiones que tomamos, no importando cuán diversas sean, nos dejarán en el mismo lugar. No en el lugar pasado, pero sí en un punto en común entre el presente y el futuro. Aprendí que la gente puede ser buen-intencionada. Aprendí que al final del día, la gente va a ver lo que quiere ver...

    Y eso fue hace 5 años. ¿Por qué me es tan difícil dejar ir a alguien a quien nunca tuve en el sentido estricto de la palabra "tener"? ¿Por qué hasta ahora estoy diciendo "es suficiente"? ¿Por qué hasta el día de hoy, he hablado con alguien abiertamente de esto?

    Porque si soy sincera, queridos lectores, éste asunto no lo he hablado con muchas personas. Me congratulo pensar que con 0 personas. Con nadie. Así de fácil y sé lo dañino que esto se vuelve cuando simplemente te lo guardas para ti misma, Sé lo autodestructiva puede ser la mente y la naturaleza humana. Sé lo contradictorio del amor. 

    Repito, no fue la primera vez que me enamoré. De ésa primera vez sí lo he hablado pero no mucho. Para empezar, soy una persona muy privada con mis cosas. No me gusta hablar de mi vida personal porque es "PERSONAL" por una razón, pero hay veces que necesitamos desahogarnos.

    Durante tristes 5 años no dejé de tener sueños, de tener sensaciones tan vívidas, de tener visiones que a todos lados me perseguían, porque literalmente el tipo me lo encontraba en todas las esquinas de éste bello León, Guanajuato. En TODAS. Salía a pasear, ahí estaba, salía en carro, ahí estaba, salía a la escuela, ahí estaba, salía con mis amigos, ahí estaba, cerraba los ojos, ahí estaba. En todos lados y no mentiré, hubo alguna vez que creí que me estaba siguiendo y si eso de verdad hubiera pasado, habría sido turbo creepy. No fue así. Al menos él no lo veía así. 
   
     ¿Pero no les parece demasiada coincidencia? Eso si creemos en las coincidencias.

     No quiero hacer esto más largo. He tomado una decisión. No puedo simplemente un día decir "ya, ya, te superé, bai". No. No puedo ordenarle a mi corazón arrancarse algo que fue tan valioso para él. No puedo ordenarle a mi cerebro que deje de repetir las mismas escenas de ésos enormes ojos, y ésas manos grandes y cálidas, de ésa risa tan encantadora, de ése cabello sin control, de ésa aura tan tranquila y temerosa... no puedo.

   Pero sí puedo hacer esto:

Sé que probablemente no leerás esto. Quizás lo verás en mi muro y lo ignorarás. Quizás te picará la curiosidad, clickearás y no llegarás ni a la mitad de esto porque no tendrás ni puta idea de quién estoy hablando. Tal vez terminarás todo y si lo haces, te lo agradezco mucho. 

Nuestra historia fue tan breve como discreta. Fue tan efímera como intensa y no hay ni un día en que no me pregunte cómo estás. Tal vez para ti no significó mucho. Tal vez para mí significó demasiado. En cualquier caso, estoy aquí para decirte, que desde mi parte de nuestro punto de encuentro: te dejo libre.

Libero tu esencia con mis palabras. Me despido de tu alma con mis sentimientos. Abro mis manos para dejar escapar tu recuerdo. Cierro mi corazón a un regreso que sé que es tan improbable como es improbable que dejes a tu pareja por mí o que yo deje a mi pareja por ti. Te lloro con lágrimas de gratitud y de melancolía. Beso tu aura con la luz de éste amor que alguna vez te impulsó a querer sacarme a bailar, que alguna vez te impulsó a compartir tu música conmigo, que alguna vez te impulsó a querer poner tus manos sobre mi cuerpo. Te dejo ir, porque no es justo ni para ti ni para mí.

Te dejo ir, no porque no te ame, sino porque es hora. 

Te dejo ir porque te deseo la felicidad más grande, real y pura de todo el mundo. Te libero de mí. Para siempre.

Si alguna vez decides regresar, te recibiré con los brazos abiertos y no esperando algún motivo romántico detrás de tu sonrisa. Si alguna vez decides regresar, será tu suerte a la hora de buscarme quien interceda por ti. Si alguna vez decides regresar, estaré muy feliz.

Pero si no regresas, también estaré muy feliz.

    Tal vez mi despedida fue muy emotiva. Tal vez es innecesaria, pero es algo que en mi interior surgió. La única manera de sanar de ésta historia que ardió hasta consumirse es escribiendo. Ésa es mi manera de solucionar mi dolor interno personal. He compartido todo ésto porque sé que hay gente allá afuera que no entiende mucho de las cosas que me pasan, de ciertos comportamientos que tengo y no encuentran razón a mi angustia que ocasionalmente me visita por las madrugadas. He decidido publicar esto en mi blog, porque quiero hacer al mundo testigo de esto, nuestro fin. 




  

viernes, 9 de enero de 2015

¿Decisiones o naturaleza humana?

     Todos alguna vez hemos tomado alguna decisión. Tan simple como qué par de zapatos llevaremos al colegio, o tan complicadas como qué carrera vamos a estudiar. Tan poco trascendentales como nuestra crema corporal favorita o tan estresantes como si usar el poco dinero que nos queda en llenar el tanque de gasolina (o en mi caso, mi tarjeta de pagobús) o pagar las deudas restantes.
Las decisiones forman parte de nuestra vida diaria, y a lo largo (y no tan largo) camino, hemos sabido afrontar cada uno de los obstáculos que la vida nos pone. Equivocándonos, acertando o teniendo miedo a responder, las decisiones a más de alguno nos provoca calambres en el estómago.

   Pues bien. En esta semana he podido presenciar actos tan brutales, tan inhumanos, tan poco propios de la divinidad amorosa de mi Dios, (porque aunque muchos lo duden, soy una persona muy espiritual, pero no confundan el espiritualismo con la religión), característica que los humanos, sus hijos, nosotros, poseemos. Ya saben, cosas como la bondad, la compasión y el amor.

     Para empezar, mi país está en una crisis alarmante, en una revolución de pensamiento, estamos al borde de una guerra civíl, y las decisiones que tomamos (o dejamos de tomar) afectan a todos. Durante ésta semana pasó el acto terrorista contra la revista Charlie Hebdo en Francia, donde se perdieron 12 vidas humanas. Las cosas en éste mundo se están volviendo cada vez más oscuras, cada día es más difícil creer que hay una solución y una luz en medio de tanto desmadre porque todos los días hay noticias que te dejan sin ganas de vivir.  Mi pregunta y el tema de ésta semana es... ¿Esto es producto de nuestras decisiones o es parte de la naturaleza humana?

      Recuerdo que hace un par de semanas, leía un artículo científico donde hablaban de si la brutalidad era parte de nuestra naturaleza o si sólo era una característica más de las personas. Ésa es una interrogante personal que me ha torturado a lo largo de varios años y el sólo imaginar en una respuesta, positiva o negativa, me ponía los pelos de punta. El artículo señalaba que si bien, no podían detectar "la maldad" en su estado puro o algo parecido, sí podrían determinar por medio de análisis y exámenes cuando una persona era psicópata. El debate aquí es... ¿Sería ético castigar a una persona que todavía no ha cometido crimen alguno, sólo por el miedo de que pueda hacerlo?

    Ése artículo, y respuesta no me dejaron satisfecha. Leer más artículos de revistas científicas, preguntar con adultos y expertos no me iban a dejar satisfecha. Más que saber si la gente podía ser mala por naturaleza no iba a resolver el problema. Lo que yo buscaba(aún lo hago) es la mentalidad de las personas. Claro, todos hemos pensado cosas malas, terribles, crueles, no voy a fingir que soy la Madre Teresa de Calcuta ni Angelina Jolie, porque incluso la ahora señora Pitt tiene un pasado. No voy a fingir demencia y decir que yo jamás golpeé a alguien a propósito, que yo jamás maldije el nombre de alguien y que jamás pensé en acabar con alguien por el simple hecho de que no me cayera bien o me maltrara. No. Yo soy una mortal, una humana y tengo fallas y defectos, debilidades y demonios. La única diferencia aquí es que sé dónde existe el límite. Sé hasta dónde soy capaz de llegar. Mi creciente espiritualidad me impide tajantemente en rebajarme a la violencia. No puedo ganar guerra con más guerra. No puedo "luchar" por la paz. Hacerlo sería estúpido e hipócrita. Mi fe en la redención humana me impide rendirme y mandarlos a todos al diablo. Todos los días, por mucho que lo niegue o no lo parezca, una pequeña llama de esperanza se ilumina dentro de mí y eso me permite tener esperanza de que habrá algo mejor pronto.

     ¿Qué pasa cuando ésto se acaba? Yo creo que te conviertes en un zombi vivo.

     No vengo aquí con charlas optimistas, porque no soy ninguna oradora motivacional. No vengo a imponer ideologías espirituales, ni corrientes filosóficas. Yo sólo quiero intentar entender. Intento entender por qué hay gente que se hace millonaria en base al sufriemiento ajeno. Intento entender por qué el hijo asesina a su madre, o por qué el padre asesina a su hija. Intento entender por qué la gente cree que tiene algún tipo de derecho sobre la vida animal y vegetal y que pueden abusar de ella como se les venga en gana. Intento entender por qué hay hombres tan dañados que la única manera de sentirse bien consigo mismos es a través del abuso de cualquier tipo hacia una mujer. Intento entender por qué la sociedad te dice que debes ser tú mismo pero que si no eres como ellos quieren, estás mal, estás pasándote de la raya, estás cruzando la "moral". Intento entender por qué hay tanto odio, tanto egoísmo, tanto dolor...


    Porque, vamos, sí tengo mis momentos de ira, sí tengo mis momentos de furia, no voy a mentir, SÍ le he pedido a Dios que acabe con éste planeta (y la humanidad, siendo más precisa) ya, pronto. Pero pasados mis diez minutos de lágrimas amargas, intento ser comprensiva. Intento ponerme en sus zapatos, intento ver las cosas desde su punto de vista.

    Pero no puedo. No he podido nunca.

     ¿Qué haría yo si a mi hermana la violaran? ¿Qué haría yo si a mis padres los asesinaran? ¿Qué haría yo si torturaran a mis amigos? ¿Qué haría yo si se comieran a un ser querido? ¿Qué haría yo si extorsionaran a mi familia? ¿Qué haría yo si lincharan a mis maestros? ¿Qué haría yo si lastimaran a todo ser vivo con quien he tenido/tengo algún tipo de relación afectiva?

     Seguramente enloquecer de dolor.

    Pero el dolor no excusa nada. NADA. No puedo escudarme en mi religión, no puedo escudarme en mi raza, no puedo escudarme en mi género, no puedo escudarme en mi profesión, no puedo escudarme en mis raíces, no puedo escudarme EN MI NATURALEZA. No puedo. No puedo. No puedo.

    Tomar una decisión equivocada es tomar café a las 10 de la noche. Es no activar el despertador para ir a la escuela. Es dejar plantado a alguien. Es tirar la comida a la basura porque no me gusta. Es dejar abierta la ventana. Es pelear por algo estúpido y jamás admitir mi error. Es no usar condón. Es besarme con mi mejor amigo. Es comprar  alcohol adulterado nada más porque cuesta 100 pesos menos. Es subirte al auto con un conductor ebrio. Es robarte unos dulces de un OXXO. Es no contestarle el celular a mi madre, es no responder un mensaje que recibí hace dos semanas. Es no hacer mi tarea. Es rendirme antes de intentarlo.

    Pero matar a alguien porque "no me parecen sus ideas", porque "Dios así me lo dice", porque "se están burlando de mi religión", porque "me están quitando el empleo". Matar a algún ser humano, no importando la razón, no es una decisión equivocada. No es accidental accionar una metralleta en un preescolar. No es un error subir a un avión dos bombas escondidas como regalos. No es accidental balacear afuera de un banco a un tipo que se negó a colaborar conmigo. No es un error matar a mi esposa a puros golpes porque "me enojé" con ella. No es accidental odiar a alguien porque es diferente a mí. No es un error ponerle la soga al cuello al pueblo que básicamente me está dando para tragar. Perdón, pero eso no es "equivocarte". Eso es no tener humanidad, no tener alma, no tener divinidad ni gracia, eso es no sentir amor.

    Yo no vengo a dejar moralejas ni para parecido, tampoco pretendo cambiar al mundo con éste triste y pobre blog (no soy Malala, aunque confieso ser Malalalieber), no vengo a comenzar una revolución ni nada parecido. No vengo a provocar a alguien ni vengo a decirle a la gente cómo vivir sus vidas.

    Lo único que de verdad quiero es encontrar una razón. ¿Saben? Si soy capaz de entender las cosas, soy capaz de perdonar. No me gusta llenarme de resentimiento ni odio contra mi misma "especie". Quiero entender. Quiero perdonar. Quiero ayudar. Quiero amar.

Odiar resulta muy fácil, pero amar requiere el doble de sacrificio y sufrimiento, pero al final es lo más reconfortante. Entonces... ¿Es parte de un conjunto de malas decisiones deshacerte poco a poco de la poca humanidad que nos queda por medio de actos brutales y llenos de odio? ¿O es parte de la naturaleza humana perder todo rastro de compasión y alma?

Porque, seamos sinceros, amigos, estamos a un paso de comprar nuestro boleto a la extinción. Normalmente le pido a Diosito que tenga misericordia y el sol explote, o algo pase, que si éste mundo maravilloso se tiene que acabar, que sea de la manera más indolora posible. Por esto mismo, para evitar nuestra extinción provocada nuestras propias manos. Pero en fin.


    Seré optimista. Tendré fe y cada vez que vea algo terrible, buscaré 5 razones para continuar. (claro, después de haber hecho mi rabieta y haber maldecido a todos). Lo más importante... buscaré el corazón de las personas (Y VAYA QUE LE RUEGO A DIOSITO QUE TENGAN)


viernes, 2 de enero de 2015

Los vestigios del año pasado.

     Recuerdo cuando recibí el año nuevo (2014). Hacía MUCHO frío, estaba lloviendo, mi única protección contra el clima tan cruel era un gorro rosa y un chaleco esponjoso color café oscuro. Los pantalones entallados no me servían de refugio y mis pies se humedecían lentamente a pesar de estar atrapados en unas botas cortas. Estaba en la casa de una de mis tías comiendo pizza, tomando sidra (qué asco, por cierto) y viendo a mi tío intentar "crear" unas bocinas a base de vasos y algo de cartón, para pasar el resto de la velada escuchando música como Piano Man y Gagnam Style (¿Así se escribe?) 

     Cuando dieron las campanadas, tragué uvas como si no hubiera un mañana, pensando un deseo que olvidaría a la semana siguiente. Salí a la calle a media noche en medio de la lluvia y el frío invernal con una maleta y corrí en círculos con mi prima y mi hermana. Hice los rituales que normalmente se hacen, deseé lo que muchos desean y... ¿Y eso es todo? ¿Eso debería ser todo? 

     Al parecer no lo fue. Al cabo de un tiempo la muerte se deslizó por mi vida y me sonrió de diversas maneras, llevándose consigo a gente a mi alrededor. En el peor de los casos, gente a quien de verdad apreciaba. El destino siguió mostrándome que por mucho que quiera las cosas, a veces simplemente no está en posibilidades de suceder. Amé y fui correspondida para que al paso de un corto (exageradamente corto tiempo) cambiaran de opinión y "mejor no". Ok. Conocí a personas que, aunque estoy bastante segura (o eso quiero pensar) de que algo me van a enseñar, preferiría (aún lo hago) no conocerlas nunca. Di, perdí, gané y aprendí. 

     No ha sido el mejor año de mi vida (el 2014), pero ciertamente no ha sido el peor. 
     
     Pasaba demasiado tiempo lamentándome el no haber podido despedirme de mi abuela, el no haber podido abrazar más fuerte a mi tío Darío (que está en mi top 5 de mejores tíos), el no haber convivido más con uno de mis profesores favoritos, el no haberle tomado más fotos a Juan Antonio (un hermoso y simpático gatito que también se fue). Pasaba lamentándome mi dolor, regodeándome en mi miseria, quejándome amargamente por mi mala fortuna. ¿Es que así eran las cosas? ¿Crecías y de pronto todos se morían? Mis padres aún siguen conmigo, y mi hermana también, aún conservo tíos que de verdad me caen bien y estoy rodeada de amigos y gente que aprecio mucho, pero yo estaba más enfocada en lo negativo de mi vida. Estaba más enfocada en la tristeza, en el luto, en la maldad que gobernaba el mundo. 

     Soné muy desagradecida por muchas noches. Fui más arrogante y orgullosa de lo que normalmente soy. Maldije demasiado y estaba por completo dispuesta a mandar todo al olvido con tal de que todo estuviera mejor. 
 
    No sé qué me despertó. En algún momento me di cuenta de que estaba siendo una inmadura, una total llorona. Que lo que me tocaba no era sentir lástima de mí misma, sino que tenía que sacudirme del suelo, levantarme y continuar, porque a otras personas en alguna otra parte del mundo les iba a peor (no me equivoco, a mucha gente le va peor que a mí) y yo malgastando mi lástima, compasión y lágrimas en mí misma, sólo me hacía ver como una egocéntrica insufrible. Tal vez lo soy. Tal vez no tanto.

     No fue un mal año del todo. Así como lloré, me reí hasta que me doliera el estómago y las mejillas. Conocí a mucha gente TURBO buena onda, así como gente mala onda. Hice cosas que jamás pensé que haría y no me arrepiento. Hice cosas de las que sí me arrepentí. Y dejé de hacer ciertas cosas porque sólo ocupaban más mi tiempo.

   Desde muy corta edad quise creer en ésas fantasiosas ideas sobre usar ropa interior roja y amarilla (para cuestiones de amor y dinero), en usar amuletos o comer cierta cantidad de comida para deseos o algo así. Quise creer que podía YO hacer algo para decidir cómo me iba en el año.

    Si lo vemos en retrospectiva, saqué la maleta y corrí como demente y no viajé (no como se esperaba), pedí deseos y la mayoría no se hicieron realidad como tenía pensado. Hice ésas cosas y bueno... no me fue de lo más espectacular. 

    Creo que a todos nos ha dado miedo el sólo imaginar que estamos sueltos en el universo a la merced de cualquier voluntad bondadosa (o maligna, en su defecto), expuestos a cualquier cosa y mejor decidimos pensar que podemos tener algún poder sobre eso para decidir sobre nuestras vidas.

    Tengo 19 años (en la actualidad) y no sé si tengo razón, pero ésto es lo que pienso: No tenemos NINGÚN tipo de poder o influencia para decidir qué nos toca en la vida y qué no. No tenemos voz ni voto en la posibilidad de las cosas que flotan por la galaxia y en ésta realidad. No podemos elegir cómo nos va a ir.

    Pero sí podemos decidir cómo vamos a reaccionar, cómo vamos a seguir, cómo nos la vamos a pasar. Si la vida nos golpea, podemos decidir quedarnos en el suelo, rodeados por nuestro charco de lágrimas y lamentándonos por la cicatriz que posiblemente tendrás. O podemos levantarnos, sacudirnos y decir hit me with your besDIGO SOY MÁS FUERTE, MÁS INTELIGENTE Y MÁS AGRADECIDA/O DE LO QUE FUI ANTES DE QUE ME DERRIBARAS.

    Al final, los vestigios de los años y de nuestras vidas se quedan como migajas de galletas en mi suéter morado preferido. O como un poco de comida en los dientes. O como una basurita en el ojo.
En cuanto decidamos que IS ENOUGH, IT WILL BE ENOUGH.  

    O eso quiero pensar. Llámenme extremadamente idealista e ingenua, pero lo cierto es que mi nombre es Charlie Marian y así son las cosas. (al menos desde dónde las veo)